Una treintena de sectas se encuentran activas en la Región de Murcia, según los expertos

Murcia

Una treintena de sectas se encontrarían operando en estos momentos en la Región de Murcia, un número que ha aumentado desde la pandemia, según el psicólogo clínico y experto internacional en sectas, Miguel Perlado.

Para este experto, el proceso de entrada en una secta es "de lenta cocción", con grados progresivos de convencimiento en el que, al final, la meta es una "sanación" o un "bien supremo" instaurado por el grupo. Juega un papel importante la ruptura de vínculos y lazos afectivos con el círculo de las víctimas, que acaban aislándose de sí mismas y tan identificadas con el grupo que pueden llegar a "aceptar cosas inaceptables o acabar justificándolas". En este sentido, también se emplean los estupefacientes, bien con el objetivo de lograr la "trascendencia" o la "apertura de la mente", o con el de debilitar a los adeptos.

La "Fundación Mahasandhi", afincada en Abanilla, se financiaba a través de donaciones y el pago de los asistentes a las actividades que organizaban. Durante estas ceremonias, que presidía el gurú, ahora detenido y autodenominado "Trascendencia Total", se distribuían sustancias psicoactivas a través de las cuales, supuestamente, se sometía la voluntad de los consumidores.

En Abanilla, la policía localizó un zulo donde el detenido tenía almacenados, de manera clandestina, 180 kilogramos de mercurio y cinabrio. El cinabrio es una de las formas en las que el mercurio se encuentra en la naturaleza y, a través de procesos de alquimia, los adeptos lo separaban para obtener mercurio inorgánico, que se puede disolver en agua, bajo la creencia de que poseía "efectos energizantes", aunque en realidad es una sustancia que puede provocar graves efectos en la salud. Lo explica Miguel Motas, toxicólogo.

Además, los residuos de estas prácticas se habrían depositado en una fosa séptica dentro de la comunidad donde residían el gurú y los más adeptos, formada por multitud de casas cueva, albergues, almacenes, templos, búnkeres y laboratorios clandestinos, lo cual acarrearía un grave riesgo para el medio ambiente. Fruto de los registros también se han incautado 90.000 euros en metálico,19 kilogramos de marihuana y un revólver.

La operación, en la que se procedió al registro de una finca en Abanilla y una nave industrial en Lorquí, ha sido posible gracias a la colaboración ciudadana, que puso en conocimiento de los investigadores las sospechas de estas actividades, que se llevaban a cabo desde hace quince años, a través del correo sectasdestructivas@policia.es.