Del urbanismo salvaje al "urbanismo zombi": el mapa de la Región de Murcia se llena de grandes bolsas de suelo sin desarrollar desde el pinchazo de la burbuja inmobiliaria
La tramitación y resolución de planes urbanos se ha desplomado en los últimos años un 96% respecto a la primera década del siglo XX, la del boom de la construcción
Del urbanismo salvaje al "urbanismo zombi": el mapa de la Región de Murcia se llena de grandes bolsas de suelo sin desarrollar desde el pinchazo de la burbuja inmobiliaria
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Murcia
Se le llamó "urbanismo de desarrollo", también "urbanismo salvaje" y ha acabado convertido en "urbanismo zombi": ésa es la expresión utilizada por los expertos del CES que han analizado la situación actual de la planificación del territorio en la Región de Murcia y en la que destaca el impacto que sigue teniendo el boom de la construcción y la burbuja inmobiliaria con la que arrancó el siglo XXI y que acabó en un sonoro 'crack' con la crisis financiera de 2008. Esto ha traído consigo un paisaje de grandes bolsas de suelo que no se han desarrollado, planificaciones que apenas se trazaron sobre el plano o desarrollos de urbanizaciones y resorts que arrancaron una construcción que nunca acabó, dejando al aire los esqueletos de viviendas nunca concluidas.
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El trabajo 'Planificación Urbanística y del Territorio en la Región de Murcia: situación actual, retos y oportunidades', elaborado por el Consejo Económico y Social de la Región de Murcia, pone cifras al desplome de la tramitación urbanística. Si entre los años 2000 y 2010 se iniciaron 529 expedientes de planes parciales y se resolvieron 395, en los últimos doce años esa cifra se ha reducido considerablemente tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008. Ese número se ha recudido en un 87% en el caso de los expedientes iniciados y un 96 en los aprobados: entre 2011 y 2023, se iniciaron sólo 84 expedientes y se resolvieron 18.
El arquitecto Rafael Pardo -uno de los autores de este trabajo junto a Herminio Picazo- asegura que en la primera década de este siglo "se hizo mucho más planeamiento de desarrollo del necesario, como se ha demostrado después. Se rompieron todos los récords de planeamientos". En ese periodo se planificó en la Región de Murcia suelo urbanizable destinado a la construcción de casi un millón de viviendas, situadas en terrenos destinados anteriormente a la agricultura o bien terrenos improductivos, centrándose en zonas como el campo de Cartagena o el área metropolitana de Murcia.
Un modelo "fracasado" y con consecuencias aún
Los autores de este trabajo hablan de "urbanismo zombi": grandes bolsa de suelo que se proyectaron para la creación de urbanizaciones y resorts, muchas veces con campos de golf asociados, que se quedaron sin desarrollar o a medio construir. El informe cita concretamente el caso de la empresa Polaris, "el paradigma de este modelo urbanístico, desarrollando bruscamente y casi de la nada grandes complejos con miles de viviendas, hoteles, campos de golf, sin ninguna vinculación con la historia del territorio ni con sus infraestructuras".
"Hay mucho plan parcial iniciado, incluso con la urbanización iniciada, y que fracasó después de la crisis de 2008", según Pardo, que añade que "el tiempo ha demostrado, quince años después, que no es el modelo que tenía que haber prosperado". Esto ha ocasionado que en la Región de Murcia podamos ver "urbanizaciones ejecutadas sin edificaciones, grandes núcleos de viviendas que han estado muchos años sin venderse, en un proceso de deterioro, y mucho plan parcial y convenio urbanístico fracasado".
De esas bolsas de suelo, explican que al estar destinadas a desarrollos turístico-residenciales no ejecutados son de difícil desarrollo en un futuro y que "en muchos casos han caído en manos de otras entidades de crédito, por no poder sus promotores asumir el coste de una ejecución imposible sin un mercado viable".
También en esa época, muchos ayuntamientos acometieron trabajos de planificación urbana al calor de ese desarrollo expansivo que quedó en nada. Ahora, como advierten esos expertos, esos documentos han quedado obsoletos, no responden a las actuales necesidades de los municipios e impide el desarrollo de suelo para vivienda y actividades económicas. El resulto: se incrementa el precio de la vivienda, tanto para compra como para alquiler. El panorama, advierte Pardo, "es desolador".
Lázaro Giménez
Periodista de la Cadena SER en la Región de Murcia