Testigos del incendio de Atalayas destacan la rapidez con la que se propagó el fuego
Aseguran como ya hicieron varios de los testigos que pasaron ante la jueza la pasada semana, que nadie les avisó de que debían evacuar la sala
Murcia
Testigos del incendio que arrasó dos discotecas en Murcia y en el que fallecieron 13 personas han puesto de relieve este viernes la rapidez con la que se propagó el fuego por las salas siniestradas, que en cuestión de pocos minutos estaban totalmente colapsadas por un humo “negro, tóxico, irrespirable”.
Han coincidido en ello la media docena de testigos que este viernes han comparecido ante la jueza que instruye el caso para dirimir responsabilidades por 13 homicidios imprudentes y que son, por el momento, las últimas personas citadas a declarar en esta fase de instrucción, en la que han pasado por los juzgados también los seis investigados en el caso.
Una de las personas que ha declarado hoy, Richard U., trabajaba a veces como animador de Fonda Milagros, la discoteca donde fallecieron las 13 víctimas, y la noche del incendio había estado actuando allí como percusionista.
Según ha explicado a los periodistas a la salida de la vista, él se encontraba en la planta baja de la discoteca, entró al aseo y, al salir, vio que estaban desalojando la pista de baile y gritando que había fuego en la parte superior, donde se ubicaban los palcos y en los que aparecieron los cuerpos de las víctimas.
En ese momento, ha relatado, vio un extintor, lo cogió e intentó subir para apagar el fuego porque “no pensaba que [el incendio] era tan grande”.
Logró llegar hasta los palcos, pero el denso humo le impidió poder avanzar y solo pudo gritar a las personas que ocupaban el primero de ellos que lo abandonaran.
“Todo fue en menos de tres o cuatro minutos, fue un abrir y cerrar de ojos” ha insistido en varias ocasiones.
En esos palcos superiores estaba también Valeria C., que ha subrayado que es “muy difícil explicar con palabras” cómo recuerda su salida del incendio “por supervivencia”: “Uno piensa en la familia y salir como sea, buscar una salida. Es horroroso, muy duro. Fui la última que salió de los palcos de arriba”, ha relatado.
Asegura, como ya hicieron varios de los testigos que pasaron ante la jueza la pasada semana, que nadie les avisó de que debían evacuar la sala y que la luz se fue, lo que sumado al intenso humo hizo que tuvieran que buscar la salida “tocando”, porque avanzaban “como con los ojos cerrados”.
Valeria estaba esa noche en el palco con otros cinco amigos que también lograron salir con vida de la sala y que están ahora representados en calidad de víctimas por la abogada Rosa Egea, que defiende también los intereses de los familiares de una de las personas fallecidas en la tragedia y que, por el momento, ha preferido no hacer declaraciones.
Según diversas fuentes presentes en la vista, además de clientes de Fonda Milagos, ha declarado también este viernes Janiel V.G. que trabajaba como controlador de accesos en la sala Teatre, en la que la policía considera que se originó el incendio, y que ha manifestado que, cuando vio aparecer el fuego, avisó por el pinganillo a sus compañeros de seguridad que de forma inmediata comenzaron a evacuar la sala.
Ha corroborado ante la jueza que a pesar del fuego no sonó ninguna alarma, y también que en un momento dado saltó la luz de la sala.
Sobre las salidas de emergencias, ha dicho que desconocía que hubiera una salida trasera, salida de la que los bomberos hablan en el informe remitido a la jueza para advertir de que estaba cerrada con rejas y candados que tuvieron que forzar.