El micromentario de Pepe Belmonte: 'La primera mujer...'

Murcia

Entre procesión y procesión -algunas de ellas tristemente suspendidas por la lluvia- y las fiestas de primavera, que ya están a la vuelta de la esquina, casi ha pasado inadvertida una noticia que un servidor considera del máximo interés.

Una de esas noticias que nos reconcilian con el mundo y que nos hacen tener esperanza en que, poco a poco, se consiga finalmente la igualdad entre géneros. Que ya va siendo hora.

Me estoy refiriendo al hecho, nada baladí, de que una dama, Marifé Candel, sea, desde hace unos días, y con todo merecimiento, la primera mujer jefa de un Servicio de Cirugía de la Región.

La doctora, que viene precedida de una buena fama como profesional de la medicina, se formó en el hospital Virgen de la Arrixaca en donde tuvo como maestro -y así lo ha reconocido ella en una reciente entrevista- al archiconocido y prestigioso doctor Pascual Parrilla, lo que es toda una garantía para la sanidad pública.

Sabemos, además, que Marifé Candel está en el Hospital Reina Sofía desde su apertura en el 2005, donde, hasta hace bien poco, ha trabajado, codo con codo, con su compañero y amigo, recién jubilado, el doctor Antonio Albarracín, otra eminencia de la medicina.

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Me cuentan que la doctora Candel es, además de una gran experta en su campo profesional, una mujer valiente, con mucho empuje, muy querida y respetada por los colegas y por la gente de su entorno, lo que no es poco decir en los tiempos que corren.

De nuevo, otra mujer que asalta, por méritos propios, ese fortín de un cargo reservado, hasta casi ayer mismo, a los hombres. Y lo hace sin enchufes, sin tener que recurrir a favores, sino únicamente por la fuerza y la justicia de un currículum impecable.

Decía la poeta estadounidense Emily Dickinson que las mujeres ignoran su verdadera estatura, hasta que ellas mismas se ponen de pie.

Estamos de enhorabuena.