El FC Cartagena vence al Tenerife y logra la permanencia matemática
Un doblete de Ortuño da al Efesé su cuarta victoria consecutiva y lo deja una temporada más en Segunda División
Fontán y Alcalá durante el partido / FC Cartagena
El FC Cartagena estará la próxima temporada en Segunda División. Tras vencer por 2-0 al CD Tenerife los albinegros certifican ya matemáticamente una permanencia que estaba encarrilada desde hacía varias semanas. El doblete de Ortuño pone el broche de oro a una segunda vuelta histórica en la que han revertido, con 36 puntos en el zurrón, una situación que parecía irremontable. Ante un Cartagonova en el que no quedaban entradas, los albinegros certificaron su quinta temporada consecutiva en la categoría.
Volvió a dar continuidad Julián Calero a los mismos once que en las tres jornadas anteriores, con Lizoain bajo palos; Alcalá y Kiko Olivas en defensa; Calero y Fontán como laterales; Musto, Andy y Alarcón en el trivote; con Ortuño en punta de ataque y Luis Muñoz y Jairo en bandas.
El partido se puso muy pronto de cara. Los albinegros asediaron la meta tinerfeña en los primeros minutos y muy pronto tuvieron resultado. Un balón de Jairo por la izquierda encontró a Ortuño que, tras controlar el balón, batía a Juan Soriano a la media vuelta. La locura se empezaba a desatar en el Cartagonova. Lo intentó Enric Gallego para el Tenerife pero los albinegros estaban bien plantados y aguantaban el paso adelante de los canarios.
Alarcón se probaba con un disparo que se marchaba alto pero, antes del descanso llegaría el segundo de los albinegros. Tras una patada de Mellot sobre Luis Muñoz que caía derribado, el VAR avisaba al colegiado, que señalaría pena máxima. El propio Ortuño hacía el segundo con un potente disparo, dejando la salvación cada vez más cerca.
En el segundo tiempo el Tenerife apretó con la entrada de Luismi Cruz y Álvaro Jiménez. Sin embargo, era Jairo el que casi hacía el tercero cuando se marchaba ante el meta chicharrero, pero la defensa llegaba a tiempo de apagar el incendio. Lizoain detenía los acercamientos tinerfeños, como un buen disparo de Bodiger, y Alarcón obligaba a Soriano a emplearse a fondo.
Con el pitido final, se desataba la locura en el Cartagonova, con todos los aficionados fijos en sus asientos. Tras el saludo vikingo, y la vuelta de honor, la desatada plantilla albinegra celebraba junto a su afición una permanencia que hace unos meses parecía una utopía.
