El acusado de violar y asesinar a una mujer en Lorca le dijo a una amiga que su ropa tenía sangre por una "pelea"
La Audiencia Provincial de Murcia celebra estos días el juicio contra 'El Margarito' que se enfrenta a una pena de 15 años y a la prisión permanente revisable
Audiencia Provincial de Murcia - Palacio de Justicia
Lorca
Una amiga del hombre al que se juzga estos días en la Audiencia Provincial de Murcia acusado de violar y asesinar en octubre de 2021 a una mujer en Lorca, ha declarado este lunes al intervenir como testigo que cuando aquel, cometido el crimen, acudió a su casa la engañó al decirle que la sangre que llevaba era de una paliza.
La testigo ha manifestado ante el jurado popular que el procesado, conocido por “Margarito”, sudaba y estaba muy nervioso, y le dijo que unos extranjeros habían intentado atracarle y al resistirse le habían propinado una paliza.
La mujer ha añadido que le dio ropa para que se cambiara y que le extrañó que metiera la que llevaba puesta en una bolsa y la arrojara a un huerto próximo.
Ha explicado que se enteró de la noticia del crimen cuando a la mañana siguiente la llamó una amiga pensando que la víctima había sido ella.
La testigo se ha mostrado muy molesta con el acusado, que en la primera sesión dijo que ambos eran pareja, ya que ha recalcado que “solo éramos amigos con derecho a roce, como se dice”, para añadir que aquel solía acudir a ella cuando tenía problemas.
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En esta segunda sesión de la vista oral han intervenido igualmente otros testigos, entre ellos, un hijo de la fallecida, que ha manifestado que desconocía la relación del acusado con la víctima.
En este juicio, que continuará este martes con más testigos, la Fiscalía solicita quince años de cárcel y diez de libertad vigilada por la violación y prisión permanente revisable por el asesinato.
En la sesión de apertura de la vista oral el acusado sostuvo que los hechos se produjeron durante la discusión mantenida porque ella no quería irse de su casa, lo que él le había pedido que hiciera porque no quería poner en peligro la relación de pareja que tenía con otra.
El procesado admitió que, tras cometer lo que las acusaciones consideran que fue una violación, le pidió que se fuera, y al negarse ella a irse, mantuvieron un enfrentamiento, durante el cual presionó con fuerza sobre su cuello con la barra metálica de un objeto de limpieza, lo que ocasionó la asfixia.
El procesado reconoció igualmente que dejó a la mujer en una calle cercana y que pensó que estaba inconsciente, ya que, añadió, nunca pensó que hubiera fallecido.
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