El micromentario de Pepe Belmonte: 'Dos formas de actuar bien distintas'
Columna de opinión del catedrático de Literatura de la UMU para el programa Hoy por hoy Murcia
El micromentario de Pepe Belmonte: 'Dos formas de actuar bien distintas'
Murcia
Casi a la misma vez, se han dado dos casos muy parecidos, aunque con resultados muy diferentes, y en los que se deja bien claro el valor de la caridad.
El Cádiz Club de Fútbol, ese equipo andaluz que viste de amarillo y que acaba de descender a la segunda división, puso la nota positiva.
A doña María Muñoz, una anciana de 88 años que ya no podía ni siquiera valerse por sí misma, le faltaban sólo catorce días para ser desahuciada de su vivienda situada en El Pópulo, el barrio más antiguo de la ciudad de Cádiz.
Después de 57 años en el mismo domicilio, una empresa decidió echarla a la calle para iniciar de inmediato unas obras para apartamentos turísticos.
El presidente del Cádiz, don Manuel Vizcaíno, al conocer la noticia, se presentó en el domicilio de la desvalida doña María y le comunicó, con los papeles en la mano, que dicho club, a través de su Fundación, ya había iniciado los trámites para adquirir el piso y, por lo tanto, la buena señora podría quedarse en el mismo lo que le restara de vida.
En la foto del periódico local, doña María Muñoz aparece feliz, con una sonrisa de oreja a oreja, ataviada con una bufanda del Cádiz Club de Fútbol alrededor del cuello, como una especie de salvavidas que ha llegado justo a tiempo, antes del naufragio.
En el lado opuesto, el Arzobispado de Barcelona ha requerido el concurso de la fuerza pública para desahuciar, sin piedad alguna, a once indigentes que vivían, de aquella manera, en el porche del templo de Abraham en la Villa Olímpica. Ni qué decir tiene que eran personas sin hogar, sin ningún otro sitio a donde poder dirigirse, que habían instalado en esa zona tiendas de campaña y chabolas de madera y cartón.
Mientras tanto, en una revista editada por Cáritas Española, el arzobispo de Santiago de Compostela y delegado de esa institución, monseñor Julián Barrio, escribía estas palabras: “La caridad es el distintivo principal del cristiano y la esencia del testamento de Jesús. La caridad hace creíble a la Iglesia”. Se explica así la acelerada pérdida de clientela por la que pasa la empresa más rica y boyante que existe sobre la tierra.
Decía San Agustín, cuyo nombre debe de sonarle mucho a la Iglesia, que “quien toma bienes de los pobres es un asesino de la caridad”.
Pepe Belmonte
Profesor de Literatura Española de la UMU. Crítico...