Ciencia y tecnología

"Cirugía de sutura" para recuperar el pecio fenicio de Mazarrón: así se extraerá el barco de 2.600 años de antigüedad

Una vez en el laboratorio, su tratamiento se prolongará durante un periodo de 4 años

Trabajos submarinos en el pecio de Mazarrón / CARM

Trabajos submarinos en el pecio de Mazarrón

Murcia

"Cirugía de sutura", estructura de resinas elaboradas digitalmente, o escáneres láser para guiar la recomposición: son algunas de las técnicas que se van a emplear para recuperar el barco fenicio de Mazarrón desde el próximo mes de septiembre. Los trabajos previos ya han comenzado, con un equipo coordinado por el arqueólogo de la Universitat de València Carlos de Juan. En la presentación de esta labor bromeaba de una forma muy gráfica y cinéfila: "Que tengamos una embarcación naufragada, no significa que podamos hacerla emerger como en Piratas del Caribe o Los Goonies"

Este pecio, el 'Mazarrón II', se trata de una embarcación del siglo VII antes de Cristo, de origen fenicio, que fue hallada en Puerto de Mazarrón en el año 1995, a 50 metros de la playa de La Isla y durante los trabajos de investigación de otro pecio hundido de la misma época, "Mazarrón I", cuyos restos pueden verse en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena, ARQVA.

Para su extracción, la Comunidad Autónoma aporta 350.000 euros y, según la Consejera de Cultura y Turismo, Carmen Conesa, "será el primer paso para un estudio futuro de la embarcación, que será de gran utilidad para el conocimiento mundial de la presencia fenicia en la Península Ibérica".

"La madera que conformaba la antigua embarcación ha sufrido un proceso de degradación causado por el paso del tiempo y el peso de los sedimentos. Esto hace que se produzcan fisuras, algunas visibles y otras no visibles, grietas y separaciones de las partes que componen el resto arqueológico", ha añadido De Juan para explicar que es imposible extraer ese pecio de una sola pieza.

Para explicar esa pérdida de estructura, el arqueólogo ha insistido en que en su composición, esta madera ha perdido su celulosa, por lo que en un análisis de la misma, se podría ver cómo contiene “más agua que madera” y su nivel de empapamiento es total.

"Mapa de porciones" para una extracción por partes

A partir de las miles de fisuras que contienen las cientos de tablas de pino que componen la embarcación, de apenas unos 3 centímetros de espesor, los arqueólogos han creado un “mapa de porciones” para dividir el pecio, que ya está “muy fragmentado”, en una veintena de trozos.

Así, ha insistido, se hará una “separación quirúrgica” de esas porciones aprovechando las fisuras y juntas de arquitectura de la embarcación, y cada una de las secciones en que se ha dividido el pecio se colocará sobre una estructura de resina elaborada digitalmente para la ocasión.

Cada una de esas “cunas”, que se están fabricando actualmente, serán el soporte que permitirá extraer las “porciones naturales” conservando su curvatura original y evitando que en su tratamiento se produzcan problemas de deformación.

Las porciones pasarán por un escáner láser para ser documentadas y servirán como guía para la fase final de recomposición del pecio, lo que se llevará a cabo en un laboratorio de campaña, desde el que se trasladarán al laboratorio especializado del Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA), ARQUATec, en Cartagena, uno de los más avanzados de Europa.

Cuatro años en el laboratorio

El procedimiento para su tratamiento en el laboratorio se prolongará durante un tiempo estimado de cuatro años. Así, las porciones de madera se someterán a una limpieza mecánica para eliminar restos de arena, fauna y flora marina; a otro de ósmosis para quitar los cristales de sal y a un tercero de prevención contra los óxidos de hierro.

Después, las piezas se sumergirán en una solución de resina especial con la que se rellenarán las cavidades de la madera que estaban ocupadas por el agua, un proceso especialmente lento, que se puede demorar varios años.

Por último, las secciones se congelarán y se someterán a un proceso de sublimación para hacer pasar el agua del estado sólido al gaseoso sin pasar por el líquido, de manera que la madera se seque sin sufrir deformaciones.

De Juan ha explicado que este procedimiento está ya estandarizado y se ha aplicado a otras maderas antiguas con éxito, por lo que ha confiado en que el procedimiento permitirá preservar el barco para su posterior estudio y exposición, y ha puesto algunos ejemplos de otros pecios de la misma época, recuperados de manera similar a la planteada para este pecio.

El director general de Patrimonio Cultural y Bellas Artes del Ministerio de Cultura, Isaac Sastre, que ha participado en la rueda de prensa por videoconferencia, ha puesto de relieve la “colaboración permanente” entre las administraciones regional y estatal en el tratamiento de este pecio y ha considerado que la extracción y posterior tratamiento de la embarcación “posiblemente sea el proyecto más ambicioso de los últimos años” en materia de recuperación de patrimonio arqueológico.

Sobre la futura exposición del pecio, Sastre ha insistido en que es una pregunta que no se debe responder todavía, pues faltan años para llegar a ese punto y los esfuerzos están ahora centrados en su extracción y conservación.

 
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