Lleva desde mayo grabando y denunciando. Isabel Martínez de Velasco es una vecina de «Calaflores» en Cabo de Palos que ha emprendido una lucha particular contra este tipo de vehículos que son cada vez más frecuentes en el Mar Menor. Asegura que las velocidades a las que van estas motos (son 5 nudos lo permitido en menos de 4 metros de profundidad) son tan elevadas que ya ha tenido más de un accidente mientras practicaba Kitesurf, «me han hecho caerme de mi cometa varias veces». Añade además, que la mayoría de los que las conducen «no tienen ningún tipo de noción sobre navegación». «Nunca había visto tantas motos ni tanto descontrol, he visto algunas de estas embarcaciones de alquiler estrellándose entre ellas o que los acompañantes se han caído por la velocidad que cogen». A diario - asegura Isabel - se producen muchas situaciones de peligro, «hay gente que se sale del agua porque va con miedo, incluso he visto motos navegando cerca de veleros llenos de niños. Son personas que no controlan, porque no saben». Además, afirma «las motos alquiladas no se quedan dentro del circuito, se salen, se meten donde están las cometas, en poca profundidad, a mucha velocidad y cerca de las escuelas donde se practica windsurf, vela, kitesurf, paddel surf... Muchos de ellos suelen ser menores que están aprendiendo». «Concurso de trompos, acercamientos excesivos a embarcaciones de vela» con el consiguiente riesgo que eso conlleva, es el día a día - nos cuenta Isabel - en el Mar Menor para aquellos que habitualmente practican deportes náuticos sin motor. Lo peor, además de la inseguridad que generan, son los residuos - dice esta vecina - que en algunas zonas como Puerto Bello en La Manga son más que evidentes. A esto se añade que muchos particulares utilizan esta playa como lanzadera de estas embarcaciones. «La han establecido como una especie de rampa náutica donde todos los fines de semana, y ahora en verano todos los días, van absolutamente todas las motos de agua que además salen muchas de ellas a gran velocidad del puerto. Además, generan una gran cantidad de residuos como gasolina o aceite». Contaminación, inseguridad y, como añadido, dice Isabel, fiestas cualquier día del verano en la zona de Veneziola, un lugar que limita con una área de protección como son las Salinas de San Pedro. Por todo ello, esta practicante de kitesurf junto con otros vecinos está preparando una recogida de firmas para que una parte del litoral del Mar Menor esté protegido y se reserve únicamente a embarcaciones de vela.