La familia Torres del Alcázar acumula 55 cruceros: "A mi madre le da miedo el mar, pero a lo tonto tonto lleva dos años navegando"

Murcia

"No nos gusta la playa, pero nos encanta el mar", dicen David y Luis Torres del Alcázar, que esta semana han pasado por SER Viajeros para hablarnos de su experiencia como cruceristas.

Estos hermanos lorquinos se han embarcado en 55 ocasiones y ya piensan en el siguiente crucero. Viajan siempre con su madre, y es por ello que se marcan como tope ocho horas de avión para coger un barco. Se conocen prácticamente todas las rutas. Sólo les quedan las Antípodas y el Lejano Oriente.

Aseguran que el primero lo hicieron tras la jubilación de su padre, y les gustó tanto que, antes de bajarse del barco, su progenitor les dijo que fueran encargando el siguiente. Se acuerdan de todos los cruceros que han hecho y explican que es posible hacer tantos porque se marcan un presupuesto y porque aprovechan la conexión a internet para teletrabajar desde el barco.

A lo largo de estos años navegando se han convertido en auténticos expertos en la materia. Así, nos cuentan cómo se planifican para sacar el máximo partido a las ciudades que visitan, o cómo hacer para que no se les dispare el precio del camarote.

Sólo aconsejan habitación con balcón, en un caso, para quienes vayan en viaje de novios. Ellos siempre van en camarote interior, que suele ser más barato.

El viaje más emotivo, recuerdan, fue el segundo que hicieron, por ver las caras de sus padres en las pirámides de Egipto.

Entre las cientos de anécdotas que acumulan están haber coincidido en 16 ocasiones con un ciudadano británico, o haber forjado amistad con el grupo de música Forever, con el que han coincidido en siete cruceros.

En su trayectoria como cruceristas también han podido acceder a salas de máquinas y puentes de mando, incluso han entablado amistad con capitanes de varios buques. Un sinfín de experiencias que piensan ir enriqueciendo porque ya están pensando en el próximo crucero. Y es que, nos cuentan, estamos en la mejor época para contratarlos.

Y ya en tierra firme, este domingo también viajamos a las Salinas de Marchamalo que han recuperado su actividad gracias a la iniciativa de ANSE.

Javier Adán y Pedro García nos proponen recorrer los canales de estas salinas, ubicadas en el término de Cartagena, y nos cuentan cómo participar en la recogida de sal gracias a la iniciativa 'Salinero por un día'.

El proyecto de ANSE ha permitido recuperar este espacio después de que la organización ecologista denunciase que estas salinas estaban a punto de perderse, con el consecuente perjuicio para la diversidad que supondría.

La organización, cuenta Pedro García, decidió iniciar conversaciones con el único heredero de la antigua familia propietaria que tenía parte de la concesión. Adquirieron una parte y ahora están actuando sobre esas 10 hectáreas, de un total de 60 que tiene el conjunto salinero.

A pesar de que sólo llevan un año y medio trabajando en la recuperación de las charcas, acaban de tener su primera cosecha, de unas mil toneladas, por lo que quienes se acerquen a este entorno se encontrarán con una pequeña montaña de sal sobre una era que se ha habilitado.