El micromentario de Pepe Belmonte: 'Ayuso, como los tiburones, ha olido a sangre'

Murcia

Ni siquiera el escándalo provocado por el supuestamente pacífico y ejemplar Íñigo Errejón, que, por lo que ahora sabemos, va por la vida de “macho machote”, aunque él predique lo contrario, ha logrado palidecer esa otra noticia que, en mi opinión, es la más destacada y llamativa de toda la semana.

Me refiero al plantón que la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha dado al mismísimo presidente del gobierno, Pedro Sánchez, negándose a acudir a la Moncloa como es deber de cualquier mandatario que mire por los suyos y no por sus propios intereses.

Olvida la señora presidenta Ayuso que ella es la cabeza visible de todos los madrileños y que un asunto particular, es decir, el enganchón entre su novio, que, recordemos, se ha declarado culpable de unos cuantos delitos financieros, y Sánchez, no debería hacerle descuidar las funciones que tiene una persona que ostenta su cargo.

Y lo que es aún peor: Ayuso ha desobedecido las consignas de su partido, dejando en evidencia a los suyos, que sí han acudido a la Moncloa, con mejor o peor cara.

Y, sobre todo, Ayuso nos ha transmitido a todos -excepto a sus incondicionales y palmeros- una actitud altanera, arrogante y soberbia, algo que ya es habitual en ella.

De ahí que la decisión, que ha sido, justamente, la contraria, del presidente López Miras, de acudir puntualmente a la Moncloa y debatir con Sánchez las carencias y necesidades de nuestra Región, adquiera un mayor valor y hable de un mandatario que sí cumple, aunque sea a regañadientes, con el cometido para el que fue elegido por el pueblo murciano.

Ni qué decir tiene que la postura de Ayuso va con segundas intenciones.