En el nombre de hoy, con José Miguel Rojo: "El PSOE parece muy moderna, pero..."
Columna de opinión del politólogo y profesor de Ciencia Política y Opinión Pública de la UMU para el programa Hoy por hoy Murcia
En el nombre de hoy, con José Miguel Rojo: "El PSOE parece muy moderna, pero..."
Murcia
En el nombre de hoy, 2 de diciembre de 2024, viajamos a Sevilla.
Este fin de semana, el Congreso del PSOE decidía borrar la letra Q de las siglas LGTBIQ+. Fíjate que hay cosas para borrar en este país, pero ellos han decidido centrarse en esta.
Esta cruzada contra lo queer demuestra la incomodidad que producen las identidades disidentes, fluidas, en rebeldía contra las etiquetas. Identidades que disputan las categorías asumidas como naturales.
Lo queer reivindica, orgullosamente, el margen como espacio digno de ser habitado. Se resiste a la asimilación, a la normalización. Si el precio para tener derechos es llevar una vida dentro del binarismo, responder a patrones o modelos importados de la heteronormatividad, dicen quienes militan en lo queer, que no habría merecido la pena el viaje reivindicativo.
La decisión del congreso socialista es histórica porque cambia una tendencia de décadas de aperturismo en materia de sexualidad y diversidad. Para algunos, la diversidad ha ido demasiado lejos y la fluidez empieza a ser fatigosa. “La posmodernidad se pasó de frenada”. Esta frase podría ser un Carmen Calvo dixit (o pixit).
No puede resultarnos extraño esto de una organización centenaria que se reclama partido de Estado. Eso implica cierto pensamiento conservador, temeroso de todo lo que cuestiona lo establecido.
Se acaba el cónclave sevillano volviendo a las esencias, las del PSOE de siempre, y las del género como algo alejado de toda performatividad o construcción social, puramente natural, inalterable.
Porque, adaptando las palabras de Belén Cuesta en Kiki el amor se hace —la película—, el PSOE parece muy moderna, pero el PSOE no es (tan) moderna.
Con Q de qué le vamos a hacer.
José Miguel Rojo