La Región de Murcia sufre 17 episodios pluviométricos extremos asociados a DANAS en apenas 24 años
Un amplio informe de la Cátedra de Ciencias Políticas, con expertos de la UMU y la Universidad de Alicante, alerta sobre los riesgos del cambio climático en la Región y piden la revisión de los planes municipales frente a inundaciones, así como los umbrales de precipitación para mejorar la prevención y alerta temprana
Murcia
La Región de Murcia se enfrenta a uno de los mayores desafíos de su historia. La experiencia vivida a finales de octubre en todo el Mediterráneo español ha dejado una profunda huella difícil de borrar. En apenas dos años (2023-2024) hemos sufrido el kit completo de sucesos meteorológicos extremos (una larga e intensa sequía, tornados, vendavales y temporales en la costa, fuertes granizadas y lluvias devastadoras) y ello sin un mínimo atisbo de normalidad. La peculiar concatenación de todos estos sucesos en tan poco tiempo y sin solución de continuidad constituye un cúmulo de peligros aparentemente «naturales», con los que vamos a tener que familiarizarnos cada vez más. Es ya bien conocido que, debido al cambio climático, están variando los patrones de la dinámica global atmosférica y que su gran variabilidad se halla relacionada con cambios recientes en las interacciones atmósfera-océano.
Pero ¿hasta qué punto ello puede afectar al Sureste Peninsular a corto y medio plazo? La Región de Murcia, por su ubicación en la parte suroccidental de la cuenca mediterránea y su proximidad al norte de África, muestra un alto grado de exposición ante este tipo de sucesos. Se sitúa en la franja meridional de influencia de la corriente en chorro, en una zona de paso preferente de las vaguadas matrices de DANA que se desplazan de oeste a este en un tren de ondas sinuosas. Su proximidad a altas presiones subtropicales, el ensanchamiento de los centros de bloqueo anticiclónico situados en el Atlántico Norte y Europa Oriental, y la interacción e intensificación de todo este conjunto de centros de acción, justifican la mayor frecuencia de sequías persistentes e intensas y de las olas de calor más extremas.
Un informe elaborado por un panel de investigadores universitarios de Murcia y Alicante, coordinados por el catedrático de Geografía Física, Carmelo Conesa García, ha expuesto los "Riesgos de origen climático en la Región de Murcia", un seminario celebrado este lunes para abordar los riesgos asociados al cambio climático global, que representan una amenaza creciente en la Región de Murcia y que requieren preparación, adaptación y mitigación.
El informe señala que la manifestación más evidente de la pérdida de confort térmico en la Región de Murcia se relaciona con el incremento notable de las denominadas «noches tropicales». Por ejemplo, en la ciudad de Murcia, se ha pasado de 20 noches tropicales de media a principio de los años ochenta del pasado siglo a no bajar de 65 en la actualidad.
El calor extremo ha dejado de ser algo excepcional. Desde el inicio del siglo XX los promedios de las temperaturas máximas durante los meses de julio y agosto han aumentado significativamente, en concreto 1,8 ºC en términos absolutos y 0,2 ºC por década. Los expertos recuerdan que el verano de 2023 fue el segundo más cálido en toda la Región de Murcia desde el comienzo de la serie histórica en 1961, solo por detrás del de 2022. Las temperaturas máximas de los meses de invierno también están batiendo récords en estos años. En el informe se destacan los registros del 29 de enero de 2021 (28,3 ºC en Murcia) o del 25 de enero de este mismo año 2024 (28,5 ºC en Alhama de Murcia, 27,6 ºC en Lorca).
El calor extremo afecta especialmente a las ciudades, donde se produce el llamado efecto «isla de calor», el aumento de temperatura en áreas urbanas, generalmente por la noche, atribuido a elementos que desprenden el calor acumulado durante el día, entre ellos los materiales presentes en las ciudades como el asfalto, las fachadas de los edificios, la disposición y geometría de las calles, la concentración del tráfico de vehículos y los aparatos de climatización.
Los expertos también llaman la atención sobre el aumento de la temperatura del Mar Mediterráneo, cuyas consecuencias más palpables son el incremento de las temperaturas mínimas y de la humedad relativa, así como variaciones en el régimen de las precipitaciones.
Los expertos abogan por estrategias y medidas «basadas en la naturaleza» para hacer frente al calentamiento del aire en las ciudades de nuestra región. Estas iniciativas incluyen infraestructuras verdes, como más árboles en las calles, parques y jardines, e «infraestructuras azules», como un diseño urbano sensitivo con el uso racional del agua de riego pero que permita la infiltración del agua de lluvia en el suelo. Más espacios verdes y azules no sólo reducen el calor, sino que también tienen importantes beneficios para los residentes de la ciudad y la biodiversidad local. El objetivo, dicen, es conseguir un «paisaje urbano refrescante», aumentando la cobertura arbórea y de vegetación, instalando techos ecológicos y/o fríos (principalmente reflectantes) y utilizando pavimentos fríos (ya sean reflectantes o permeables).
Los riesgos asociados a lluvias torrenciales extraordinarias en la Región de Murcia muestran una realidad cada vez más preocupante, porque, según se indica en el informe, los cambios en los patrones de circulación atmosférica, con una mayor presencia de DANAS retrógradas y profundas, favorecen la aparición de escenarios de inundación más peligrosos.
En apenas 24 años (2000-2024) se ha producido en la Región de Murcia un total de 17 episodios pluviométricos extremos asociados a la formación de una DANA. Entre las áreas de mayor riesgo por sus altas tasas de ocupación humana figuran las Vegas Media y Baja del río Segura, la depresión del Guadalentín y los municipios atravesados por las ramblas litorales, dotadas de fuertes pendientes y escasas infraestructuras de laminación (Los Alcázares, Cartagena, Águilas y Mazarrón). El informe también recuerda que la Región de Murcia cuenta con una red muy densa de ramblas y barrancos capaces de generar en muy poco tiempo escorrentías de gran volumen y energía, lo que contribuye a incrementar su peligrosidad por desbordamiento en las zonas adyacentes y generar súbitas crecidas en los ríos.
Al mismo tiempo, el cambio climático agrava los riesgos de sequía, aridez y desertificación en la Región de Murcia. En la Región Murcia son cada vez más prolongados los periodos de sequía, mientras que los periodos húmedos tienden a ser más cortos, pero más intensos. La duración media del periodo seco en la Región de Murcia es prolongada, con muchas áreas experimentando sequía climática entre 9 y 11 meses al año, especialmente en las zonas costeras y del sur. Solo el Noroeste tiene periodos secos más cortos, entre 1 y 4 meses. Por eso, se señala a Moratalla y Caravaca como las zonas menos áridas de la comunidad.
La Región de Murcia ha demostrado a lo largo de su historia una gran capacidad de hacer frente a la falta de agua y de gestionar con éxito este recurso, pero el nuevo contexto puede poner en riesgo la utilidad de ciertos instrumentos para solventar el déficit hídrico.
Recomendaciones estratégicas en materia de política pública para la mitigación del riesgo de inundación en la Región de Murcia. Más de 400.000 personas viven en áreas inundables localizadas principalmente en las Vegas Media y Baja del Segura, y en las zonas de costa. Los investigadores que han elaborado el informe apuestan, entre otras medidas, por el control de la erosión, la reforestación en áreas montañosas y cuencas altas o la restauración de humedales para mejorar la capacidad de absorción del territorio y reducir el riesgo de inundaciones.
También advierten de que la planificación urbana debe incorporar el riesgo de inundación como elemento central. Al mismo tiempo, estos investigadores consideran que se deben revisar los umbrales de precipitación para mejorar la prevención y alerta temprana. Defienden que la revisión de los umbrales de precipitación necesarios para que se produzca una inundación es imprescindible pues los modelos actuales se basan en datos históricos que no reflejan los cambios en el uso del suelo y el incremento de la exposición.
El informe elaborado también señala que las condiciones climáticas de la Región de Murcia, combinadas con su vegetación inflamable y la exposición humana en zonas de interfaz urbano-forestal, hacen que el riesgo de incendios forestales sea alto.
Ruth García Belmonte
Directora de Contenidos de la Cadena SER en la...