Yecla ya está viviendo sus fiestas mayores en honor a la patrona, la Virgen de la Inmaculada Concepción. Unas fiestas que tienen su origen en 1642, cuando durante la Guerra de Cataluña, 61 yeclanos fueron convocados para acudir al frente capitaneados por Martín Soriano Zaplana. Por suerte no tuvieron que participar en el frente y pudieron regresar a Yecla sin ninguna baja ni herido. En su regreso acudieron al Santuario del Castillo para dar gracias a la Virgen del Castillo. Tal y como manda la tradición, con arreglo a las Ordenanzas reguladas por Carlos III, a través del sencillo acto del Beneplácito, la alcaldesa de Yecla, Remedios Lajara, ha concedido el solicitado permiso por parte del presidente de la Asociación de Mayordomos de la Purísima Concepción, José Luis Soriano Morata, para que la soldadesca pueda disparar la pólvora con los arcabuces en los actos previstos dentro de las celebraciones en honor de la Virgen del Castillo. Acto seguido, la comitiva se trasladó a los balcones del Ayuntamiento para llevar a cabo el izado de banderas oficiales y proceder al disparo de los quince cohetes, contestados por otros tantos desde el santuario del Castillo, donde espera la Virgen para ser bajada el próximo sábado. La alcaldesa, ha señalado a la Cadena SER, la importancia que las fiestas tienen para los yeclanos, apuntando que esta concesión internacional viene a certificar la singularidad de las fiestas y la defensa del pueblo de Yecla a una tradición de casi cuatro siglos de historia.