Antonio Rubio, forense: "Nunca pude acostumbrarme a trabajar con el cadáver de un niño"

Murcia

Joaquín Ángel de Domingo, magistrado de la Sala de lo Civil y Penal del TSJ Murcia, nos ha presentado esta semana a otro de sus muchos amigos. En este caso a Antonio Rubio, forense jubilado tras 33 años dedicándose a la medicina legal, profesión que ha ejercido en el Instituto Anatómico Forense de Murcia.

Rubio presenta este próximo martes 1 de abril en el Casino de Murcia (19.30h), su novela negra 'Cadáveres con código QR', en la que, además de la trama que sostiene todo el relato, incluye mucha información sobre los casos en los que ha tenido que intervenir a lo largo de su carrera como forense. "De una forma novelada quería incluir toda esa experiencia vivida a lo largo de estas más de tres décadas, y de alguna forma todas esas historias reales también están presentes en este libro".

Preguntado por los casos en los que ha tenido que intervenir y que se han quedado grabados en su memoria, dice Antonio Rubio que nunca olvidará cuando tuvo que enfrentarse al cadáver de una niña de tan solo 8 años que fue abusada sexualmente y asesinada por su padrastro. "Aunque he intentado siempre abstraerme de lo que veía, hay casos como este que te tocan el corazón y en este concreto el expediente no se movió de mi mesa hasta que fue juzgado el autor de los hechos, fue algo horrible", ha dicho. Y es que, según ha confesado, aunque son muchos los cuerpos y casos a los que ha tenido que enfrentarse a lo largo de su vida profesional "nunca me acostumbré a tener que trabajar con el cuerpo de un niño, los menores de edad son algo especial y yo lo pasaba realmente mal", ha dicho.

Por lo que respecta a 'Cadáveres con código QR', publicado por el Grupo Editorial Círculo Rojo, se nos narra la tranquila y rutinaria vida de un vocacional y cansado médico forense, junto a una joven profesora universitaria de criminología que está realizando su tesis doctoral en el Instituto de Medicina Legal de Murcia.

Todo se ve alterado por la aparición de unos cadáveres cuya causa de muerte no despierta inicialmente sospecha alguna. Todos presentan una etiología natural, suicida o accidental, pero tienen en común un elemento inquietante: cada uno de ellos lleva un código QR. A través de estos códigos se accede a unos extraños vídeos que despiertan la sospecha de la existencia de un asesino en serie. Sin quererlo, ambos se ven envueltos en una extraña investigación, llena de creciente tensión y misterio.

Una novela que integra códigos QR, vídeos y un juego de misterio que actualizan el relato, haciéndolo relevante para el lector contemporáneo. Las descripciones detalladas de los procedimientos forenses y de la investigación aportan un aire de realismo que atrapará a los lectores que disfruten de los thrillers médicos y científicos.