Macarena Molina, la 'mujer oceana': "Creo que hay una oportunidad laboral en el sector pesquero"

Cartagena

Dejó el mundo de la investigación a un lado porque se enamoró de la pesca, de esa pesca tradicional que parece que está en extinción, pero que sin embargo debería ser una opción contemplada para las futuras generaciones, porque "no es verdad que no se gana dinero" dice Macarena Molina. El problema es que este sector, la figura del pescador, solitario, huraño y poco sonriente "ha hecho mucho daño" y lo que "hay, realmente es porque no se conoce la profesión. Si no tienes un familiar que se dedique a la pesca, no conoces este arte. Siempre se ha visto la figura del pescador como una persona sucia, y poco social. Sin embargo, cuando te subes a un barco te das cuenta que eso no es así, que tienen GPS que saben de mecánica, de calafateo, todo el conocimiento que atesoran, que es mucho estaba denostado". Y, realmente, como apunta Macarena ese saber se remonta a cientos de años "toda la ciencia marina parte del saber de los pescadores. Los únicos que se atrevían a meterse en el mar era el sector pesquero. Los biólogos marinos, vinieron después". Por eso es importante darle valor a una profesión que "necesita más marketing. Yo siempre se lo digo a los pescadores". De hecho, y aunque el mar es duro "yo que he trabajado siendo camarera, sería mil veces antes pescadora, con todos mis respetos porque eso sí que me parece un trabajo duro y mal pagado, pero sin embargo, socialmente se ve como una oportunidad más que ser pescador".

En cuanto al papel de la mujer, reconoce Macarena Molina, que "siempre ha estado, pero no se le ha dado la visibilidad que realmente merecían. Antes, en la familia, el pescador siempre era el hijo, la hija nunca se acercaba al barco. Incluso a mí, algunas veces, mujeres de pescadores me dicen, ¿tú es que no tienes otra cosa mejor que hacer? Porque a ellas siempre se les ha vetado estar embarcadas".

Para evitar que una profesión como ésta desaparezca de nuestras vidas, nosotros, como consumidores siempre podemos hacer algo. Contribuir a mantener una profesión con un consumo local "si yo en lugar de comprar panga, que viene de lejos, aunque tenga todos sus productos, adquiero pescado local, contribuiremos a mantener este sector. Pero también los restaurantes que se han quedado con las tres especies que más sobreexplotadas están, sin embargo, nosotros hemos hecho proyectos de gastronomía pesqueras con productos más humildes que tienen posibilidades infinitas".

Por eso la llamada 'mujer oceana' asegura que pese a la dureza de esta profesión y que los pescadores son "los primeros que no quieren que sus hijos sigan sus pasos, pero cuando les preguntas, te dicen que si volvieran a nacer volverían a ser pescadores, y eso yo creo que ningún inspector de Hacienda, lo dice".