El punto de vista de Pity Alarcón: 'Otro día de la radio'

Murcia

El lunes fue un día muy extraño. Acostumbrados a vivir en el primer mundo, el corte masivo de la luz, cortaba de raíz nuestra forma de vida. Horas de incertidumbre—continuamos en ella porque no sabemos lo que lo ha provocado--, que nos han hecho reflexionar sobre lo privilegiados que somos, porque hay otros países donde la luz es un lujo y porque la inquietud hacia lo desconocido, quizás nos hizo valorar lo mucho que tenemos. Y quizás sería necesario hacerlo, de vez en vez.

Y me sentí orgullosa del país que tenemos, porque la reacción ciudadana fue ejemplar. Sencillamente extraordinaria. Un ejemplo de comportamiento como lo vivido en la pandemia. Porque en los malos momentos, con nuestra forma de reaccionar, es cuando se ve claramente lo que una sociedad es. Y los ciudadanos españoles, una vez más, dieron muestra de un saber estar que nos debe de llenar de orgullo.

Y el lunes, fue otro día en el que volvimos a descubrir la importancia de la radio, incluso los que la oímos todos los días, los que somos devotos de ella--, volviendo a descubrir el misterio de las ondas que nos tuvo, a lo largo del día, conectados con lo que estaba ocurriendo en cada rincón de este país. La radio fue el cordón umbilical que nos unía a una realidad tanto desconcertante. Tan desconcertante, que se volvieron a comprar transistores y se hicieron acopio de pilas para poder estar conectados con ESA realidad.

Inevitable acordarnos de la noche del 23F, cuando la radio tuvo la virtud de ir informando para apaciguar las inquietudes de los ciudadanos, ayudándoles a recobrar el pulso perdido con aquello de "quieto todo el mundo".

Gracias por estar ahí.