"En Cartagena tenemos más playas caninas que con baño asistido para personas discapacitadas"

Cartagena

Hasta que se han habilitado estas playas la realidad para muchas familias y usuarios era la que nos contaba Joaquín Susmozas, padre de una niña con un 75 % de discapacidad: "hasta ese momento, Julia que es preadolescente, en el momento de cambiarla teníamos que hacerlo en una silla de playa delante de todo el mundo". Reconoce que aunque se ha dado un paso importante con estas playas, nuestra costas es la que tiene más kilómetros y, "de momento, hay más playas caninas que con baño asistido para personas con discapacidad".

Y para usuarios como Antonio de Diego, está muy bien que se haga publicidad de estas playas con baño asistido, pero apunta que no elimina todas las dificultades: "un voluntario con una única silla, tiene el trabajo muy limitado en general, pero además, yo que soy un adulto de 80 kilos, con un voluntario solo y con mi pareja, no pueden empujar para entrar y salir con la silla". Así que, a veces, prefiere quedarse en casa y evitar todas estas incomodidades que, lamentablemente también se extiende a lugares como el Hospital del Rosell, donde "el acceso para personas con movilidad reducida es prácticamente imposible, y lo más sorprendente es que -continúa Antonio- estuve ingresado hace unos días allí y, ¿te puedes creer que en todo el hospital no hay un baño accesible?" Por eso, dice de Diego, que en el caso de las playas la presencia de personas con movilidad reducida es prácticamente testimonial: "¿Cuánta gente hay en silla de ruedas? Por algo será, porque si los ves en la ciudad y no los ves aquí, algo tiene que pasar".

Joaquín y Antonio explican que otro problema grave para este colectivo es a la hora de desplazarse a estas zonas de costa. No hay transporte accesible para llegar hasta allí y, señalan ambos, que las tres playas con baño asistido (San Ginés, Playa Honda y Puerto Bello) sólo cuentan con 4 plazas de aparcamiento.