Clubes de buceo temen un “efecto llamada” de robos hacia zonas menos vigiladas como La Azohía

Cartagena

La reciente instalación de una red de cámaras de videovigilancia en el puerto de Cabo de Palos ha sido bien recibida por muchos usuarios, pero también ha despertado preocupación entre los clubes de buceo de otras zonas del litoral cartagenero. Algunos temen que esta medida disuasoria pueda provocar un “efecto llamada” hacia otras zonas con menor vigilancia, como La Azohía.

Mirta Moreno, responsable del Club Jump, ha expresado su inquietud ante esta posibilidad. Aunque su club no ha sufrido robos recientemente, reconoce que la amenaza sigue presente y que se necesitan más medidas preventivas. “Nos hemos librado esta vez, pero los robos siguen ocurriendo cerca de nosotros”, afirma.

Uno de los principales obstáculos para reforzar la seguridad en su zona es que el puerto donde atracan sus embarcaciones es de titularidad privada por concesión de Costas, y los propietarios se han negado a instalar cámaras alegando derechos de imagen. Una postura que Moreno no comparte: “No lo entiendo, cuando lo que queremos es proteger nuestro trabajo y a otras embarcaciones que están en ese puerto”.

A pesar de todo, la presencia de la Guardia Civil ha aumentado en las últimas semanas, lo que ha generado cierta tranquilidad entre los profesionales del sector: "han cumplido su palabra", afirma Moreno. Aun así, los clubes insisten en que la vigilancia tecnológica es clave para frenar los robos de material y embarcaciones.

Más allá de estas preocupaciones, el sector del buceo en Cartagena se muestra optimista. Tanto los clubes como los hoteles de la zona esperan un verano de récord, con una alta demanda de actividades náuticas y reservas turísticas que ya superan las cifras del año pasado.