Sombrajes
La Firma de José Muelas en Hoy por hoy Cartagena

'Sombrajes': La Firma de José Muelas
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Cartagena
A finales de la legislatura pasada a la corporación municipal le dio la petera de colocar unos toldos en la calle del Carmen de nuestra ciudad que diesen sombra a los viandantes. No parecía una obra demasiado compleja pero el ayuntamiento acabó instalando bloques de piedra de miles de kilos en los que encastrar mástiles de metal a los que anclar fragmentos de telas de última tecnología que dieron como resultado un fracaso monumental del proyecto.
Aquel fracaso no les hizo desesperar y la actual corporación, prosiguiendo con el tole-tole de la anterior, anunció antes del verano que cubriría la calle del Carmen con un sistema de toldillos que diesen sombra a los viandantes.
Naturalmente que ese sistema de toldos no podía ser como el que en los años 60 usaban nuestros padres para ir a la playa sino que habría de ser un sistema moderno, finústico y superferolítico, que resultase sostenible, en linea con la agenda 2030 y resiliente al cambio climático y su crisis.
En lugar de a los piedrolos de años anteriores este se probaría a anclar los toldillos a las fachadas de las casas de la calle y en lugar de toldos grandes con formas de vela latina que recordasen a los velarium clásicos del teatro o el anfiteatro romanos se usarían toldillos pequeños y cuadrados que recordaban vagamente a los mosaicos bizantinos o bajoimperiales y a los que se bautizó campanudamente como teselas.
Quedaba así perfectamente diseñado el momio y rodeado de todas esas farfollas marketingnianas con que nuestros políticos adornan sus acciones: que si sostenibilidad, que si refugios climáticos contra olas de calor, que si teselas y matracas bajoimperiales... Con todas esas cancamusas en la bocamanga el ayuntamiento dio la gran noticia: le pondremos un toldo este verano a la calle del Carmen. Ahí es nada.
La sorpresa llegó para los vecinos de la calle de Carmen el propio mes de agosto: España ardía en llamas, las olas de calor se sucedían sin interrupción y las obras no parecían comenzar. Para mediados de agosto era evidente que solo una grúa colocaba anclajes morosamente y con parsimonia y para finales era ya obvio que allí se colocarían las luces de navidad o las de carthagineses y romanos pero ni toldillos ni toldillas ni teselas ni velariums.
Finalmente esta semana el Ayuntamiento ha cantado la gallina y ha hecho oficial que este año no habrá sombras ni sombrajos y que, para ver una tesela, los cartageneros habrán de esperar a que pase la semana santa de 2026.
Afortunadamente este asunto trata solo de sombras y no de muchos millones como la traición de CAETRA pero ilustra perfectamente cómo hacen las cosas nuestros munícipes: tarde, mal y, en el peor de los casos, nunca.




