"No se trata de buscar una familia para un niño, sino un niño para una familia": Cristina Bernal y Rafael Llor explican cómo es el proceso de acogida

Murcia

Se calcula que en la Región de Murcia hay unos 500 menores en acogimiento residencial ante la falta de alternativas familiares. Mientras, hay otros 600 niños y niñas tutelados por la Comunidad que sí viven su día a día en un entorno familiar.

La realidad de estas familias es muy especial, ya que estos niños suelen arrastrar traumas, tienen sentimiento de culpa y se enfrentan a un gran cambio en el estilo de vida, ya que pasan de vivir en un centro institucional con sus horarios fijados, a pasar a un entorno familiar con más libertad. De hecho, explica Cristina Bernal, madre de acogida de dos niñas adolescentes, para ellos "lo más difícil es aprender a vivir en libertad".

En Hoy por Hoy Murcia, Cristina, que tiene acogidas de forma permanente a dos hermanas, de 15 y 17 años, ha explicado que su papel es "de acompañamiento emocional muy intenso".

Y es que estos menores, según Rafael Llor, educador y responsable de la asociación Albores, llegan con una mochila a cuesta emocionalmente, que hace que el cambio sea importante tanto para ellos como para las familias de acogida, que van a estar "acompañadas, formadas y asesoradas".

Y es que estos menores que esperan la llamada de una familia manifiestan sentimiento de soledad y abandono, explica Llor, que señala que "de todos los tipos de maltrato que hay el que más afectación neurobiológica tiene es el abandono, el que más impacta por encima del abuso sexual o la violencia física".

De ahí la importancia de ofrecerles recursos o alternativas reparadoras, y aquí, señala, "los programas de acogimiento familiar permiten dar una respuesta cuidadora y protectora a esos niños para que esa experiencia traumatizante no se convierta en un trauma complejo más adelante y crezca en un entorno amigable y sano".

Uno de esos programas es 'Vincul-acción' del que hemos hablado en el programa.