El UCAM Murcia impone su carácter en Fontajau y suma su segunda victoria

Murcia

El UCAM Murcia sigue creciendo. En una cancha exigente como Fontajau, el equipo universitario se impuso al Básquet Girona (71-93) en un partido que exigió oficio, reacción y profundidad de banquillo. Es la segunda victoria consecutiva para los de Sito Alonso, que se afianzan en la parte alta de la tabla con argumentos sólidos: defensa, acierto y carácter.

El inicio fue espeso. Girona dominó el primer cuarto (12-10) en un tramo de posesiones largas y ritmo contenido. El UCAM no encontraba fluidez, pero tampoco se descompuso. En el segundo parcial, el equipo murciano dio el primer golpe serio: parcial de 18-26 y ventaja al descanso. No fue brillante, pero sí eficaz. El partido se jugaba más en el desgaste que en la inspiración.

Los de Sito Alonso reaccionaron y le dieron la vuelta al mal inicio

El tercer cuarto fue el punto de inflexión. Girona subió líneas, incomodó la circulación y obligó al UCAM a buscar soluciones. Durante varios minutos, el partido se volvió áspero, sin dueño claro. Pero entonces apareció la chispa: dos triples consecutivos, casi idénticos, de Forrest y Hicks cambiaron el pulso del encuentro. El primero, con 16 puntos y pleno en tiros libres (5/5), fue un motor constante. El segundo, en apenas diez minutos, dejó una acción que valió más que tres puntos: valió confianza.

A partir de ahí, el UCAM se soltó. Encontró ritmo, energía y una respuesta colectiva que le permitió controlar el último cuarto. Girona no se rindió, empujado por su afición, pero se topó con un muro. Radebaugh multiplicó ayudas y cerró líneas, mientras Cacok sostuvo el juego interior con 11 puntos y 7 rebotes. La defensa fue clave, pero también la cabeza: el equipo murciano cerró el partido con un 88 % de acierto en tiros libres (28/32), sin precipitarse y sabiendo cuándo correr y cuándo frenar.

La bocina final certificó algo más que una victoria. El UCAM Murcia reafirmó su identidad: es un equipo que no depende de una sola figura, que sabe sufrir y que construye desde la profundidad. En Fontajau, los protagonistas salieron desde el banquillo, y eso dice mucho. Hicks, Forrest, Radebaugh y Cacok fueron nombres propios, pero el triunfo fue de todos. Ahora, con dos de dos, todo se ve con más optimismo.