“El riesgo cero no existe”: el presidente de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla justifica la avería por posibles cambios en el territorio
Juan Cascales asegura que la DANA fue agravada por modificaciones recientes del suelo que aceleraron la entrada de barro en la red

Archivo - Una persona llena un vaso de agua de un grifo / Europa Press

Cartagena
“El riesgo cero no existe”. Con esta afirmación, el presidente de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla, Juan Cascales, ha explicado que la reciente crisis del agua potable en el Campo de Cartagena responde a un fenómeno “extraordinario” provocado por la DANA Alice y agravado por modificaciones recientes en el territorio, como la transformación de suelos agrícolas y la instalación de plantas solares que habrían alterado los cauces naturales del agua. Cascales confirmó que el suministro de agua potable ya ha sido restablecido por completo en todos los municipios y pedanías afectadas, tras 16 días de restricciones que han generado inquietud social y críticas por parte de alcaldes y vecinos.
El presidente señaló que la entrada masiva de barro en el depósito que abastece a zonas como Roldán, Dolores de Pacheco o Balsicas provocó una alteración sin precedentes en la red, obligando a realizar labores intensivas de limpieza y controles sanitarios. Aseguró que “era imposible ofrecer una fecha exacta de normalidad sin comprometer la seguridad del agua”, defendiendo así la gestión de la Mancomunidad frente a las acusaciones de falta de información. Cascales insistió en que se mantuvieron reuniones diarias con los ayuntamientos y decenas de comunicaciones directas, aunque reconoció que la población quería una respuesta concreta que no se podía adelantar con certeza.
Sobre las causas del episodio, indicó que se están analizando los cambios sufridos en el entorno del depósito, donde anteriormente había arbolado y terrenos permeables y ahora se han implantado infraestructuras que modifican el flujo del agua en caso de lluvias torrenciales. Esto habría acelerado el arrastre de sedimentos hasta la infraestructura, algo que no ocurrió en 2019 pese a que entonces el episodio meteorológico fue incluso más intenso. “Las infraestructuras se diseñan para un territorio concreto; si ese territorio cambia, el riesgo aumenta”, añadió.
Cascales también explicó que en algunos momentos el agua ya se estaba aportando desde la red en alta —gestionada por la Mancomunidad—, pero no llegaba a los hogares debido a incidencias en las redes municipales de distribución, en manos de los ayuntamientos. Esto, dijo, pudo generar confusión entre los vecinos que seguían sin servicio a pesar de que el abastecimiento general se había reactivado.
En relación con las reclamaciones de indemnización y las críticas de los alcaldes, el presidente afirmó que ya se está elaborando un informe técnico exhaustivo sobre lo ocurrido, que será remitido a la Abogacía del Estado para determinar responsabilidades y adoptar medidas preventivas. Cascales insistió en que la prioridad ha sido garantizar la seguridad del agua y restablecer el servicio con todas las garantías sanitarias, y adelantó que se estudiarán soluciones para blindar el sistema frente a futuros fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más frecuentes.
Con el suministro ya restablecido, la Mancomunidad asegura que el objetivo ahora es reforzar la resiliencia del sistema y trabajar de forma coordinada con otras administraciones para que cambios en el uso del suelo no vuelvan a comprometer la seguridad de una red que abastece a más de dos millones de personas en la Región de Murcia y provincias limítrofes.




