Inés y José, los cartageneros que descubrieron Kenia conviviendo con una tribu masái

Cartagena

Dos cartageneros han convertido su pasión por viajar en su modo de vida. Inés y José son los creadores de “Descubriendo Mundo Juntos”, un proyecto que comenzó en 2015 como un simple álbum de recuerdos y hoy reúne a miles de seguidores que viajan con ellos a través de las redes.

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“Nos conocemos desde 2014”, cuenta Inés. “Yo soy de Valencia, pero me vine a vivir a Cartagena porque José es de aquí”. Él admite que al principio “no viajaba nada, nada, prácticamente nada”. Todo cambió cuando ella le propuso su primer viaje. “Como le daban miedo los aviones, lo llevé a un crucero por el Mediterráneo. Y desde ahí, un mogollón de países”.

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Desde entonces, han visitado 43 países y están a punto de partir rumbo a su próximo destino, Colombia. “Tenemos una lista interminable de lugares que queremos visitar”, explica Inés. “A veces elegimos por lo que vemos en redes o por lo que nos cuenta alguien, y voy tachando y añadiendo nuevos. Esa lista nunca se acaba”.

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“Dormimos con una tribu masái en casas hechas con barro y caca de vaca”

Entre todas sus experiencias, hay una que les marcó especialmente, la convivencia con una tribu masái en Kenia. “Estuvimos tres días durmiendo en sus casas, hechas con barro, paja y caca de vaca”, recuerda Inés. “Nos fuimos a hacer un safari y acabamos viviendo con ellos. Fue una experiencia increíble”.

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“Nos contaban cómo se prometen con niñas de dos años y cómo intercambian vacas para casarse. Cuantas más vacas tengas, más rico eres y más mujeres puedes tener”. “Nosotros les explicábamos nuestra cultura, que aquí normalmente te casas una vez. Flipaban un poco y nosotros también”, comenta entre risas. “Te abre la mente de una manera increíble porque ya no es solo conocer un país, sino experimentarlo en primera persona”.

De las vacaciones a su trabajo

Lo que empezó como un hobby se ha convertido en su trabajo. “Ahora me dedico exclusivamente a redes sociales, y como es de viajes, pues al final es mi trabajo”, explica Inés. “Dejé mi empleo como profesora de inglés hace dos o tres años. Empezamos sin ninguna intención, solo para agrupar nuestras fotos de viajes, pero la comunidad fue creciendo”.

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Hoy, su proyecto se ha transformado en una plataforma de ayuda y asesoramiento para viajeros. “Ayudamos a muchísima gente a viajar por libre, sobre todo a quienes no pueden pagar una agencia”, comenta.

Su forma de viajar

“Intentamos hacer viajes de término medio, ni muy caros ni muy baratos”, detalla José. “Eso sí, lo más importante para nosotros es el hotel. Prefiero quitarme de otras cosas, pero que el hotel sea un sitio donde disfrutar bien del viaje”.

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También han pasado largas temporadas fuera. “En Bali vivimos tres meses”, dice Inés. “Y en 2020 dejamos todo para dar la vuelta al mundo un año. El primer destino fue Kenia, pero nos pilló la pandemia en Tailandia”. “La pasamos allí casi toda, y con mucha más normalidad que aquí”, recuerda José. “Volvimos a España a finales de abril, y ese verano recorrimos Portugal en coche. Si no fuera por la pandemia, no conoceríamos Portugal”. "Para nosotros Bali tiene que ser el destino de jubilación”, confiesan.

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La encargada de planificar los viajes es Inés. “Me siento meses antes del viaje, leo blogs, veo vídeos y estructuro el itinerario”, explica. José se ríe. “Si yo hago algo, sale mal. Así que prefiero no tocar”.

Próximo destino, los cafetales

En los próximos días pondrán rumbo a Colombia, donde recorrerán cafetales y seguirán compartiendo sus vivencias con miles de seguidores. “Nos encanta mostrar el viaje tal como es”, afirma Inés. “Si estamos sofocados subiendo una montaña, lo grabamos. No romantizamos nada”.

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Viajar y trabajar a la vez

Convertir la pasión en oficio también implica esfuerzo. “Antes viajábamos sin preocuparnos de grabar nada. Ahora llevo un guion del contenido que quiero grabar”, explica. “Cuando todos llegan al hotel a descansar, yo me pongo a trabajar. Hay colaboraciones que cumplir, reels, stories...”.

Aun así, mantienen su naturalidad. “Grabamos lo que hay, sin poses”, asegura José.

En casa, guardan los recuerdos de cada aventura. “Tenemos cuadros, regalos, pequeños objetos que nos dan las familias que conocemos. Cosas simples pero con valor”, cuenta Inés. Y, cómo no, una nevera llena de imanes. “Tenemos que poner cosas dentro para que no se vuelque el peso”, bromean.