El ‘efecto Colunga’ del Real Murcia explicado por la ciencia: dopamina, confianza y liderazgo transformacional
El profesor López Nicolás explica cómo el cambio de entrenador ha reactivado la motivación del vestuario gracias a la neurociencia y la gestión emocional

El profesor López Nicolás analiza la situación del Real Murcia. / Radio Murcia

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El ‘efecto Colunga’ del Real Murcia explicado por la ciencia: dopamina, confianza y liderazgo transformacional
Murcia
El Real Murcia vive un momento de resurrección futbolística tras un inicio de temporada marcado por la frustración. El equipo, llamado a pelear por el ascenso a Segunda División, arrancó con resultados pobres y un vestuario tensionado. La reacción llegó con un golpe de timón: la destitución del entrenador y del director deportivo, y la apuesta por Adrián Colunga, técnico del filial, para dirigir al primer equipo. Desde entonces, la dinámica ha cambiado de forma radical. ¿Qué hay detrás de este fenómeno? La ciencia tiene respuestas.
Lo explica el profesor José Manuel López Nicolás, uno de los divulgadores científicos más reconocidos en España. Escritor de varios libros, y galardonado en múltiples ocasiones. Es colaborador de Radio Murcia y tiene la fórmula exacta de cómo ha funcionado este equipo.
El 'efecto novedad' que revoluciona la mente
“El cambio de entrenador modifica el entorno emocional del grupo”, explica López Nicolás. Cuando el cerebro detecta un contexto nuevo, libera dopamina, el neurotransmisor de la motivación y la curiosidad. Este proceso, conocido como 'efecto novedad', activa los circuitos de recompensa y aprendizaje. En términos futbolísticos, significa jugadores más atentos, implicados y predispuestos al esfuerzo. “No hace falta que cambien los sistemas tácticos: cambia la percepción del entorno, y eso lo cambia todo”, subraya el científico.
Colunga no solo ha aportado calma, también ha movido piezas. Varios futbolistas han cambiado de posición y han recuperado protagonismo. ¿Por qué funciona? “Cambiar de rol obliga al cerebro a reorganizarse, a procesar nuevos estímulos. Esa adaptación estimula la plasticidad cognitiva, la capacidad de aprender y reconfigurar mapas mentales”, señala López Nicolás. Si el nuevo puesto se ajusta a las fortalezas del jugador, aumenta la confianza y se disparan neurotransmisores como la serotonina, que reducen la ansiedad y mejoran la toma de decisiones.
Del bloqueo al disfrute: menos cortisol, más oxitocina
Antes del relevo, el equipo estaba atenazado por el estrés competitivo. El exceso de cortisol, la hormona del estrés, bloquea la coordinación y la claridad mental. “El nuevo técnico ha roto ese círculo vicioso. Ha transmitido calma y autenticidad, lo que reduce la tensión y mejora la respuesta física”, explica el profesor. Además, el liderazgo de Colunga encaja en lo que la psicología del deporte denomina liderazgo transformacional: inspira, motiva y genera propósito compartido. Cuando el jugador se siente valorado, el cerebro libera oxitocina, que refuerza la cooperación y la unión del grupo.
La fase de dopamina alta no es eterna. “Suele durar entre seis y ocho semanas. Después, el cerebro se habitúa y vuelve al equilibrio”, advierte López Nicolás. El reto del cuerpo técnico será convertir esta reacción emocional en hábitos y cohesión estructural. Si lo logra, el cambio dejará de ser coyuntural para convertirse en cultural.
El Real Murcia no solo ha cambiado de entrenador: ha cambiado su química interna. Más dopamina, menos cortisol, más confianza. “El fútbol no se juega solo con los pies, se juega con la cabeza”, resume López Nicolás. Y cuando mente y cuerpo trabajan al unísono, el talento emerge. Eso es, precisamente, lo que hoy ilusiona a la afición grana.

Victorio de Haro Hernández
Graduado en Periodismo por la Universidad de Murcia. Experiencia en otros medios nacionales de radio...




