Las visitas guiadas a la urna de Alfonso X se agotan el primer día y hay más de 100 personas en lista de espera

Murcia

La vicealcaldesa de Murcia, Rebeca Pérez, ha destacado el "rotundo éxito" de convocatoria de las visitas guiadas para conocer de cerca el proceso de restauración de la urna que guarda el corazón de Alfonso X El Sabio, ubicada en el Altar Mayor de la Catedral de Murcia. Las plazas puestas a disposición del público -limitadas por motivos técnicos y de seguridad a grupos reducidos de 10 personas- se agotaron durante el mismo día en el que se abrió el plazo de inscripción, y ya se contabilizan más de 100 personas en lista de espera.

En este sentido, la también concejal de Fomento y Patrimonio, Rebeca Pérez, ha destacado que "la respuesta de los murcianos ha superado todas las expectativas y demuestra el profundo vínculo que existe entre la ciudad y la figura de Alfonso X". Esta actividad forma parte del programa especial impulsado con motivo del 1200 aniversario de la fundación de Murcia.

Un proceso de restauración abierto al público por primera vez

Las visitas, que comenzaron ayer, se prolongarán hasta mediados de enero de 2026. Los asistentes podrán observar de forma directa el minucioso trabajo de restauración dirigido por el Servicio de Patrimonio del Ayuntamiento y supervisado por el Centro Municipal de Arqueología, en colaboración con la Diócesis de Cartagena.

Cada sesión, de aproximadamente 30 minutos, permitirá seguir en primera línea las labores de limpieza, consolidación y reintegración de los materiales originales, además del tratamiento de sales solubles y patologías derivadas de la humedad capilar. Estas actuaciones emplean técnicas de última generación que garantizan la máxima reversibilidad, estabilidad y durabilidad.

Debido a la elevada demanda, el Ayuntamiento estudia ampliar la actividad con el objetivo de que un mayor número de ciudadanos pueda acceder a la experiencia.

Recuperación del patrimonio

La urna que guarda las vísceras de Alfonso X fue trasladada a Murcia en 1525 por orden del emperador Carlos I. Desde entonces ha sido restaurada en diversas ocasiones, especialmente tras el incendio de la Catedral en 1854 y en 1997 para abordar daños producidos por la humedad.

El proyecto actual contempla también la intervención sobre los elementos escultóricos del conjunto funerario -el arco triunfal, los maceros y las lápidas conmemorativas- mediante técnicas de limpieza, consolidación y tratamiento de sales, con el máximo respeto al original. La actuación cuenta con un presupuesto de más 32.000 euros.

La restauradora Josefina Monteagudo, encargada de los trabajos, señala que el conjunto, una vez intervenido, "se verá igualado de color", pero no el original blanco "que no se puede recuperar porque ha cambiado químicamente".