La comunidad musulmana de Cartagena confía en disponer de parcela propia en el cementerio municipal antes de fin de año

Cartagena

El cartagenero Fernando Blaya Vivancos, converso al islam desde hace más de dos décadas, ha sido nombrado delegado de la Comisión Islámica de España en la Región de Murcia. Asume el cargo con el compromiso de hacer cumplir los acuerdos firmados en 1992, que reconocen a los musulmanes españoles derechos básicos como disponer de lugares de culto en regla y atención religiosa en centros públicos.

“Es una responsabilidad que asumo de buen grado”, afirma Blaya, también fundador de la Asociación Fitra en Los Dolores y presidente de la Unión de Comunidades Islámicas del Campo de Cartagena. “Esperamos poder contribuir a que los acuerdos del 92 se pongan en práctica y sigan avanzando”.

De rezar en bajos a templos abiertos

Blaya recuerda cómo ha evolucionado la comunidad musulmana en la Región en las últimas dos décadas.“Hace veinte años rezábamos en zulos, en pequeños bajos, sin miedo, pero con algo de ocultismo que generaba inquietud. Hoy las mezquitas son visibles, puedes pasear por la ciudad y verlas integradas, identificadas como tales y sin problemas con los vecinos”.

El delegado explica que la mayoría de los lugares de culto en la Región ya cumplen con la normativa y que solo tres permanecen cerrados, en Lorca, Alcantarilla y Molina de Segura, “por no reunir los requisitos exigidos, aunque se está trabajando con los ayuntamientos para reabrirlos”.

Aun así, reconoce que “queda un gran trabajo por hacer”. “Debemos seguir abriéndonos a la comunidad, a nuestros vecinos y al gran desconocido que, a pesar de tantos años, sigue siendo el islam”, afirma.

Diálogo interreligioso y convivencia

Blaya defiende que la convivencia religiosa en la Región de Murcia es buena y que los conflictos que surgen no tienen origen en la fe. “Cuando hubo problemas en Torre Pacheco mantuve reuniones con el párroco. No era una cuestión religiosa, sino social. La convivencia entre comunidades religiosas es buena y hacemos actividades conjuntas”.

De hecho, explica, en Cartagena existe un diálogo interreligioso activo con las distintas confesiones. “Nos une una gran amistad y realizamos encuentros conjuntos. Hay un ambiente de armonía”.

“La mano está tendida”

El nuevo delegado lanza un mensaje claro: abrirse a la sociedad.“La mano está tendida, la de cualquier mezquita para quien la quiera visitar o conocer. El desconocimiento genera prejuicios”, afirma. “Tenemos que abrirnos a nuestros vecinos, a nuestros políticos y a las instituciones. Cuando nos conozcan, muchos prejuicios desaparecerán”.

Para Blaya, ese es el camino. “No fijarnos en lo que nos separa, sino en lo que nos une. Todos tenemos intereses comunes, y desde esa unión debemos trabajar para convivir en paz”.