El Laboratorio de López Nicolás
Ciencia y tecnología

La ciencia desmonta mitos de la Lotería: “No hay números más afortunados”

José Manuel López Nicolás explica en El laboratorio por qué ganar el Gordo es tan improbable y cómo influyen los sesgos psicológicos en la ilusión del sorteo

La ciencia desmonta mitos de la Lotería: “No hay números más afortunados”

Murcia

En plena cuenta atrás para la Lotería de Navidad y el Sorteo del Niño, el programa El laboratorio ha analizado la ciencia detrás de uno de los rituales más arraigados en la Región de Murcia. El bioquímico y divulgador José Manuel López Nicolás recuerda que la probabilidad de acertar el número premiado es de 1 entre 100.000, es decir, un 0,001 %, lo que equivale a elegir al azar a una persona entre todos los habitantes de Lorca y Totana juntos.

La ciencia desmonta mitos de la Lotería “No hay números más afortunados”

“No hay números más afortunados que otros”, subraya López Nicolás, desmontando la creencia popular de que las terminaciones o los números “que llevan tiempo sin salir” tienen más opciones. Cada extracción es independiente y todos los números son equiprobables, según la regla de Laplace.

El experto también explica cómo se garantiza la transparencia del sorteo: “Las bolas son idénticas en peso y tamaño, se revisan y se auditan ante notario. El mecanismo es extremadamente preciso para asegurar la aleatoriedad”.

Pero más allá de las matemáticas, el Laboratorio ha abordado la psicología del juego. Sesgos como la falacia del jugador, la ilusión de control y el sesgo de disponibilidad influyen en la percepción de los participantes. “Elegir un número bonito o vincularlo a una fecha especial no cambia la probabilidad, pero genera sensación de control”, señala.

El Sorteo del Niño, que se celebra el 6 de enero, reparte más premios menores, lo que aumenta la sensación de retorno: un 37 % de los números obtiene algún premio, frente al 15 % en Navidad. “Por eso muchos murcianos repiten en enero: la probabilidad de ‘llevarse algo’ es estadísticamente mejor”, apunta López Nicolás.

Finalmente, el divulgador recuerda que la lotería no es rentable desde el punto de vista matemático, pero sí tiene un valor emocional y social: “Los jugadores pagan por la experiencia compartida, por la ilusión y la tradición. En Murcia, comprar un décimo es más que un juego: es un ritual colectivo que une familias y amigos”.