La Región de Murcia se consolida como plató de cine gracias a la Film Commission y las ayudas regionales

Murcia

Ver a Norman Reedus rodando escenas de The Walking Dead: Daryl Dixon en el Puerto de Escombreras o pasear por el centro de Murcia convertido en “Budapest” para una superproducción de Hollywood ya no es ciencia ficción: la Región se ha convertido en un auténtico plató de cine. En 2025, la comunidad ha acogido rodajes como la tercera temporada de El Inmortal en Cartagena y San Javier, la miniserie de Netflix Toda la verdad sobre mis mentiras en Mazarrón y el videoclip Tuchat de Quevedo, consolidando una tendencia al alza.

El balance es claro: 2024 cerró con seis largometrajes, doce documentales, cuatro videoclips, siete campañas publicitarias y cinco cortometrajes grabados en tierras murcianas. Para 2025, la cifra será aún mayor, con proyectos procedentes de Estados Unidos, Reino Unido e Italia. “Estamos en un periodo de crecimiento y consolidación con reconocimiento nacional e internacional”, afirma la consejera de Turismo y Cultura, Carmen Conesa, que destaca los estrenos de películas murcianas como Sorda, Biznaga de Oro en Málaga, y El Instinto, protagonizada por Eva Llorach.

El impulso clave ha sido la creación de la Región de Murcia Film Commission, la más joven de España, que ya cuenta con 38 municipios adheridos y un catálogo de más de 300 localizaciones y 3.000 imágenes. Desde paisajes desérticos hasta bosques frondosos, todo a menos de una hora de distancia, lo que optimiza las jornadas de rodaje. Además, la región ofrece ventajas únicas: 300 días de sol al año, baja pluviometría, 250 kilómetros de costa y conexiones por AVE, aeropuerto y puertos.

A esto se suman las ayudas históricas del Gobierno regional, que en diciembre ha lanzado convocatorias por cinco millones de euros para atraer grandes producciones y apoyar nuevos talentos. Entre ellas, destacan incentivos de hasta 1,5 millones para películas con presupuestos superiores a 20 millones y ayudas específicas para series y largometrajes que inviertan en la Región. Las productoras beneficiarias deben contratar profesionales locales y servicios como hostelería y transporte, lo que multiplica el impacto económico.

Los beneficios son evidentes: empleo directo para técnicos y artistas, formación en proyectos internacionales y un efecto arrastre en turismo y hostelería. “Convertir a Murcia en un plató de cine no solo es cultura, es economía y proyección internacional”, subraya Conesa. Con rodajes que ya han puesto a la Región en el mapa audiovisual, 2026 promete más acción… dentro y fuera de la pantalla.