El reloj del Arsenal de Cartagena, un mecanismo del siglo XIX que sigue latiendo a mano
Fabricado en 1886 y mantenido mediante pesas y cuerda, es uno de los pocos relojes históricos en funcionamiento en España

El reloj del Arsenal de Cartagena, un mecanismo del siglo XIX que sigue latiendo a mano / SER

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REPORTAJE I Un oficio casi desaparecido para mantener vivo un reloj histórico
Cartagena
Subir a la torre del reloj del Arsenal Militar de Cartagena no es solo ascender por una estrecha escalera de piedra. Es entrar en el corazón de un mecanismo histórico que, desde finales del siglo XIX, sigue marcando el tiempo de la ciudad de forma completamente artesanal.

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Allí, a decenas de metros de altura, Diego García, relojero responsable de su mantenimiento, se encarga de que el reloj no se detenga nunca.

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El reloj, instalado en 1886 y fabricado en Londres, funciona exclusivamente mediante un sistema de pesas y cuerdas. “Es un reloj de pesas. Si no se le da cuerda, las pesas se posan en el suelo, se queda sin fuerza y el reloj se para”, explica Diego mientras muestra el interior de la máquina, una estructura metálica de forma triangular que se conserva prácticamente intacta desde su instalación.

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Su labor consiste, fundamentalmente, en darle cuerda cada 48 horas, además de realizar tareas constantes de limpieza, engrase y supervisión. “La cuerda es lo principal, esto no puede fallar”, subraya. El mecanismo cuenta con tres pesas: una para el movimiento general, otra para el toque de las horas y una tercera para los cuartos. Cada una requiere un número exacto de vueltas: “Son 72 vueltas. Ya las tengo en memoria, son años y ya lo llevo a ojo”.

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El reloj del Arsenal es hoy una pieza excepcional. “En funcionamiento, casi es el único”, señala Diego, que destaca que muchos relojes similares han quedado abandonados. A pesar del paso del tiempo y de estar expuesto al viento, la lluvia o incluso a la acción de las aves, el mecanismo se mantiene gracias a un cuidado minucioso y respetuoso con los materiales originales. “Hay tornillos que están ya desgastados, pero no los quito, porque son como de la familia”.

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La Armada, propietaria del reloj, está directamente implicada en su conservación. “Es patrimonio del Estado, patrimonio de la Armada, y también patrimonio de la ciudad”, afirma Diego. De hecho, el reloj tuvo históricamente una función clave en la organización de la vida laboral del Arsenal, marcando entradas y salidas de los trabajadores.

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Diego llegó a esta responsabilidad tras años de aprendizaje junto al maestro Carrión, cuya familia cuidó el reloj durante casi ocho décadas. “Esto se aprende con un maestro, no hay cursos para hacer esto”, explica. “Él quería que esto lo llevara alguien de confianza”. Hoy, reconoce que encargarse del reloj es motivo de orgullo: “Es un halago ver a la gente pendiente del reloj en la plaza. Me gusta, es pasión, como cada uno con su oficio”.

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Cada Nochevieja, miles de personas miran hacia la torre del Arsenal para seguir las campanadas. Diego suele estar cerca, atento a que todo funcione con precisión. “Vengo y estoy deseando que sea el día para venir”, confiesa. Porque mientras el reloj siga sonando, Cartagena seguirá contando el tiempo como lo ha hecho durante generaciones.

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Nazaret Navarro
Periodista y presentadora en Radio y Televisión de la Región de Murcia. Actualmente, conductora de 'Hoy...




