María Castro: "Soy incapaz de poliamar"

Madrid

María Castro es una viguesa orgullosa de su Galicia natal y, cuando Mara le ha preguntado por su relación con el mar, la actriz ha recordado su infancia en Baiona. Una fotografía sonora compuesta por zancudos, olor a bocadillo de chorizo, un mercado medieval y tambores, le ha llevado directamente a las fiestas de la Arribada: "Allí me monté, cuando tenía 19 años, un puesto de artesanía con una amiga y fue un auténtico éxito". Y de casta le debe venir al galgo, porque su abuela Josefa era vendedora ambulante: "La familia de mi padre era muy humilde y mi abuela, que no se quería quedar parada, aprendió a hacer pasta fresca e iba de casa en casa vendiendo a las vecinas para ganarse un dinerillo".

María Castro no frecuentaba las salas de cine cuando era pequeña, pero soñaba con llegar a ser como las actrices que veía en la televisión. No sabía cómo hacerlo y tampoco era fácil abrirse camino en Galicia, así que empezó por la gimnasia rítmica: "Yo salía al tapiz y contaba una historia a través de la música y la expresión corporal". Con dieciocho años se retiró, estudió INEF, se metió a una agencia de modelos y empezó su trayectoria en la televisión local. A partir de aquí su carrera empezó a despegar en la capital y triunfó con la serie 'Sin tetas no hay paraíso', por la que recibió un premio Ondas en 2009. Este reconocimiento fue un hito en su trayectoria, como también lo fue cumplir su sueño de dar las campadas de fin de año. Fue en 2008 y lo hizo con el susto metido en el cuerpo, ya que unos segundos antes de empezar a sonar el carrillón, se estropeó el audio e hicieron la retrasmisión comunicándose por signos: "Como sea yo quien pase a la historia por dar las campanadas mal, me muero", pensó en aquel momento.

De esto han pasado más de una década y en su currículum aparecen series como 'Tierra de lobos', 'Vive cantando' y 'Amar es para siempre', obras de teatro como 'La ratonera', 'La novia de papá' y 'La coartada', que está ahora en el Teatro Bellas Artes, y una decena de películas, entre las que está 'El juego de las llaves'. Y a la pregunta de Mara de si ella jugaría al intercambio de parejas que plantea el argumento de la cinta de Vicente Villanueva, ella ha respondido: "No, yo soy incapaz de poliamar".