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El presidente de los obispos acusa al Gobierno de usar la ley del aborto para desviar la atención de la crisis política

El cardenal Omella descarta que la reforma vaya a suponer un problema en su relación con el Gobierno

Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal. / Víctor Lerena (EFE)

Madrid

Los obispos no ven un escollo en la nueva ley del aborto en su relación con el Gobierno aunque la rechazan: "Haga lo que haga el Gobierno, nos gustará más o nos gustará menos, en algunas cosas no nos entendemos porque tenemos un mensaje distinto, pero nos tenemos que entender en el pactar para trabajar por el bien común", ha dicho esta mañana el presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella en un desayuno informativo en Madrid. La última vez que se modificó la ley, en el año 2009, los obispos animaron a participar en manifestaciones contra la reforma.

"Malicia de cura de pueblo"

Omella sí que considera oportunista que el borrador se presente justo ahora en plena crisis política del Gobierno con sus socios parlamentarios: "Es curioso que en estos momentos de cierta crisis política saquen ese tema a lo mejor para desviar la atención de otras cuestiones que son importantes; y eso es utilizar temas morales para temas políticos y esa mezcla a mí me parece que no es buena", ha advertido que ha añadido que este comentario es "una malicia de cura de pueblo".

El cardenal ha criticado que el borrador de la ley plantee que las menores de 16 y 17 años podrán abortar sin el permiso de sus padres, algo que considera una "barbaridad". Ha recordado que la iglesia promueve la defensa de la visa en todos sus estadios y ha pedido que se proteja a los médicos: "No les obliguemos a ser objetores de conciencia".

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