Desayunando con Ángeles González Sinde y "El comensal" ausente

Madrid

El amor y la dedicación a la cultura le viene de familiar y eso se nota nada más entrar en su casa. Es un chalet de una población cercana a Madrid, luminoso y sencillo. El salón comedor está lleno de cuadros, láminas, libros, esculturas... dispuestos para dejar vagar los ojos y disfrutarlos. Ángeles nos recibe a mesa puesta, y vaya mesa, hay opción ibérica, healthy, dulce....Un bufete de desayuno que me hace difícil hacer la entrevista sin salivar. Hablamos con González Sinde sobre su nueva película "El Comensal" basada en la novela de Gabriela Ybarra en la que cuenta el trauma de dos muertes cercanas, y llegadas de imprevisto. Dos muertes separadas en el tiempo pero que golpean de igual forma a dos generaciones diferentes, las de un padre y una hija. La historia del secuestro y asesinato por parte de ETA del empresario vasco Javier Ybarra en 1977. Y como su hijo mayor se enfrenta a eso y cómo condiciona su vida. Su hija pierde a la madre por un cáncer fulminante, es la lucha por la necesidad de poner nombre, de enfrentar el duelo, la ausencia. La imagen de ese plato que muchas familias siguen poniendo a la mesa en las celebraciones. La directora ha incluido un plato, un tercer servicio, en esa mesa de desayuno. Ella misma admite que ha tenido que gestionar ausencias repentinas y cercanas. La de su padre, el cineasta José María González Sinde, siendo ella muy joven. La de su hermano pequeño, David, en accidente de tráfico hace 11 años y la de su pareja el editor Claudio López Lamadrid. La música, la cultura, le ayudó a sobrellevar alguno de esos momentos difíciles. Lamenta, la exministra de cultura, en el segundo mandato de Zapatero, que no se valore lo suficiente la importancia de la cultura en nuestro país. Recordamos con ella esa época que pasará a la historia con la polémica sobre la llamada Ley Sinde, que pretendía regular y controlar la propiedad intelectual de la piratería de internet. Cuando le preguntamos si era como intentar poner puertas al campo, sonríe y nos contesta que "se le han puesto muchas puertas a ese "campo", de hecho hay cada vez más puertas que se abren con una tarjeta de crédito". Cuando Javier del Pino le pregunta qué se siente al dejar el cargo de ministra, sonríe traviesa y dice "la felicidad".