Julio Iglesias o cómo se construyó la primera pop star española
Hans Laguna publica 'Hey! Julio Iglesias y la conquista de América', un ensayo sobre una de las figuras más populares de la música española cargada de estereotipos y falsos mitos
Julio Iglesias o cómo se construyó la primera pop star española
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Julio Iglesias es un icono kitsch, un personaje de la prensa rosa, un galán, un meme, un cantante de baladas de otra época. Julia Iglesias es muchas cosas. Representa una serie de tópicos y estereotipos que a veces se cumplen, pero otras veces son totalmente falsos. En todos ellos indaga 'Hey! Julio Iglesias y la conquista de América', un ensayo de la editorial Contra que escribe Hans Laguna. "Para mí Julio Iglesias era como para mucha gente. Es un personaje que no lo juzgaba tanto desde lo artístico, sino como eso, casi un meme, alguien que escuchaba en casa de mi abuela cuando era niño, que veía en la tele imitado hasta la saciedad. O sea, no me lo tomaba muy en serio. Fui descubriendo que realmente él fue muy importante a principios de los años 80, que conquistó Estados Unidos, que era el artista que más discos vendía a nivel mundial, a la altura de Michael Jackson, etc. Entonces dije "¿cómo puede ser que este hombre fuera tan importante y la imagen que tenga yo es tan caricaturesca?", explica el autor en una entrevista en la Cadena SER.
El eje central del ensayo es que Julio Iglesias es en realidad la primera pop star de la historia de la música española. En pleno Franquismo supo convertirse en un éxito dentro de España, tras participar en el Festival de Benidorm y en Eurovisión; pero logró además triunfar en Estados Unidos. ¿Cómo fue posible? Eso es lo que trata de entender Laguna, que no duda en recurrir a teóricos culturales como Adorno para explicarlo. "Se parece a las pop stars actuales, en el sentido de cómo controla toda su imagen, lo que se llama la marca personal. Él es muy consciente de que no es sólo un cantante, sino una un icono que puede diversificarse en otros ambientes del paisaje mediático. Desde el principio es muy consciente de que necesita un relato. Lo que analizo en el libro, fue algo que me resultó muy sorprendente, cómo él desde el primer momento se da a conocer, sobre todo después de ganar en Benidorm a través de una película biográfica interpretada por él, cuando él no tenía ni un disco en el mercado. Ahí ya pone en circulación un relato de él como héroe".
Julio Iglesias era hijo de la burguesía española, de un exitosos médico. Empezó su carrera en el Real Madrid, pero un accidente de coche truncó su futuro como futbolista. En el hospital le regalaron una guitarra y comenzó su carrera musical, la que ha convertido en una mega estrella que vive en Miami y en un habitual de la prensa rosa por su vida amorosa y sexual. Hasta ahí el relato oficial. Hans Laguna rompe algunas cosas de ese relato del héroe. Por ejemplo, el accidente no fue tan grave para retirarle del fútbol, pero sí un tumor. "Entra en el mundo de la música por casualidad y acaba triunfando".
El régimen y el Opus Dei, cuenta el ensayo, ven una oportunidad en su imagen. Un chico bien que puede contrarrestar con el auge de la canción protesta. De los cantautores catalanes que en los sesenta estaban cogiendo carrerilla como una contracultura del régimen de Franco. Era la época en la que Iván Zulueta estrena Un, dos, tres, al escondite inglés, una película que parodiaba precisamente a la música típica española, al concurso de Eurovisión. De modo que le proponen protagonizar su propia película biográfica, a pesar de que todavía él no era ni músico, ni conocido. "No tenía una carrera consolidada, no es como otras estrellas como Elvis Presley que hacían películas pero cuando ya eran personajes conocidos en el ámbito musical. Él no. Enseguida pone en circulación este relato sobre él como artista y como casi como héroe mítico".
Y a partir de ahí el ensayo se centra en cómo logró su fama en Estados Unidos. Cuenta el autor que se quedó anonadado con un vídeo de Julio Iglesias en un festival en Texas al aire libre, con miles de personas cantando con Willie Nelson, la leyenda del country, que no puede estar más lejos de lo que él representa. "Descubrí que que a través de una campaña de promoción muy bien hecha y de comunicación, Julio Iglesias consiguió estar en los primeros puestos de ventas en Estados Unidos al nivel de Bruce Springsteen o Prince", insiste Laguna. "Es el marketing el que consigue que alguien de las cinco personas con talento una llegue y la otra no". De ahí que el autor compare esa campaña con otras campañas que están llevando a cabo artistas actuales, como Rosalía o C. Tangana, de quien el autor dice que es el único continuador de la figura de Julio Iglesias o de lo que representa.
"Me interesaba estudiar cómo precisamente Julio Iglesias es el máximo exponente de cómo se construye una estrella de la música y en la campaña de Estados Unidos se pone de manifiesto como hay que poner en funcionamiento toda una serie de mecanismos de relaciones públicas estatal y de marketing, etcétera. Y sobre C. Tangana, pues buscando algún heredero de Julio Iglesias hoy día a nivel musical está claro que no los hay, porque su estilo musical, su manera de cantar parece difícil de recuperarse. Pero sí el control de la marca personal, el personaje que ha construido Tangana también mujeriego, pero a la vez con ese punto melancólico, si tiene similitudes".
El relato aborda otros temas como su estatus de celebridad, su encarnación del mito del latin lover, su particular estilo vocal o la construcción de su marca personal, que se anticipó a las estrategias de las estrellas globales del pop en la era de internet. Por último, el libro se ocupa de los claroscuros de su figura y de los costes personales que hay que pagar por alcanzar la fama. "Julio Iglesias era es muy interesante desde una perspectiva de género, no sólo también, como decías, porque bueno, fue un sex symbol para millones de mujeres en todo el planeta y además, a nivel de clase social no es tan fácil de analizarlo porque tienes desde empleadas domésticas a jubiladas, en Estados Unidos era casi un latin lover para señoras adineradas y maduritas. A pesar de esta imagen de Don Juan y de follador, vamos a decirlo así ,también él ha jugado con una masculinidad que no es tan agresiva, sino que tiene un punto más, más débil, más vulnerable".