Pedro Sánchez considera que la asistencia de España al foro de Davos es "clave para reforzar nuestra influencia global"

Madrid

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, considera "clave" su presencia en el Foro Económico Mundial de Davos para reforzar la presencia e influencia global de España tanto en el ámbito político como el económico. Sánchez resaltó la importancia de participar en este evento a su llegada a la localidad suiza que lo alberga para protagonizar una agenda que se concentrará principalmente en la jornada del martes.

El jefe del Ejecutivo español destacó en las redes sociales la trascendencia de que el foro se recupere de forma presencial tras el paréntesis por la pandemia de coronavirus y los contactos que tiene previsto mantener. El primero de ellos esta misma noche, cuando asistió a un encuentro organizado por Intel con una veintena de responsables de empresas tecnológicas con la intención de explicar las reformas económicas que está impulsando en España para atraer inversión extranjera.

El jefe del Ejecutivo fue invitado por el consejero delegado de Intel, Pat Gelsinger, para participar en una cena este lunes con representantes de empresas tecnológicas y junto a los primeros ministros de Irlanda y Polonia, Micheál Martin y Mateusz Morawiecki, respectivamente. Sobre la mesa estuvo la necesidad de la colaboración público-privada para impulsar la innovación, el crecimiento económico y la creación de empleo.

Sánchez, según fuentes españolas, expuso las reformas económicas que está impulsando su Gobierno para mejorar el marco regulatorio y el modelo de cooperación entre el sector público y el privado para atraer inversión extranjera en ámbitos como la digitalización o la energía y en el marco del Plan de Recuperación.

Como ejemplo de esa colaboración citó los proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica (PERTE) como el que aprobará este martes el Consejo de Ministros para el sector de los microchips y que conlleva una inversión pública de 11.000 millones de euros.

El potencial de España en este campo de los semiconductores será uno de los ejes de su agenda durante la jornada del martes. No sólo en su intervención ante el plenario del foro, sino también en otros actos y en las reuniones previstas con los consejeros delegados de cuatro empresas de referencia en el sector: Intel, Qualcomm, Micron y Cisco.

Qualcomm, Micron y Cisco, entre sus citas

Para exponer los planes de España en este ámbito, además de referirse a ello en alguna de sus intervenciones en los actos del foro, Sánchez ha mantendrá reuniones con los consejeros delegados de tres empresas de referencia en el sector: Qualcomm, Micron y Cisco, que se suman a la de este lunes con el responsable de Intel. A todos ellos detallará este martes el contenido del proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica (PERTE) sobre chips y microconductores que ese mismo día aprobará el Consejo de Ministros.

Este proyecto, que conllevará una inversión pública de 11.000 millones de euros, ya fue anunciado el mes pasado por Sánchez, quien aseguró entonces que España no va a perder la carrera hacia la tecnología más avanzada y el nuevo PERTE será una gran apuesta para estar a la vanguardia del progreso industrial y tecnológico. A esa iniciativa se referirá igualmente el martes ante medio centenar de responsables de firmas de este sector en otra cena organizada por Qualcomm, la primera del mundo en diseño de microchips.

Su agenda en Davos incluye su participación en un evento sobre el papel global de Europa y en el que en una de sus mesas se abordará la seguridad energética. Un panel en el que intervendrá asimismo la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. Además, se reunirá con los máximos responsables del fondo soberano de Singapur Temasek y de la empresa Arcelor Mittal.

Sánchez mantendrá asimismo una serie de encuentros con otros líderes políticos, entre ellos los de Suiza (país anfitrión del foro) y Ruanda, y junto a él intervendrán en algunos actos la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde; el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, y el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda.