La alergia a Vox
La alergia es un error del sistema inmunitario que exagera su reacción preventiva. Es decir, el daño no nos lo hacen las gramíneas sino nuestra reacción extrema a su presencia. Con Vox ocurre un poco igual
La mirada de Miguel Sanchez-Romero
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Madrid
En mi condición de alérgico, tengo con Vox la misma relación que con las gramíneas. Tanto el polen de estas plantas como el ideario y los exabruptos de la formación política ultraderechista me producen picores, escozor y cansancio. En ambos casos, ni las gramíneas ni Vox sufren. Sufro yo.
Porque la alergia es un error del sistema inmunitario que exagera su reacción preventiva. Es decir, el daño no nos lo hacen las gramíneas sino nuestra reacción extrema a su presencia. Con Vox ocurre un poco igual, magnificar desde la indignación todo lo que hacen o dicen no beneficia en absoluto al cuerpo social y solo les favorece a ellos. No hay nada peor para un alérgico al polvo, ni nada más beneficioso para los ácaros, que limpiar la casa a manotazos.
¿Cuántas de las manifestaciones que contra Vox hacen algunos políticos no equivalen más al estruendoso estornudo y el moqueo sintomáticos que a la labor sorda pero efectiva del antihistamínico? ¿Qué podríamos hacer para combatir sus ideas de una manera eficaz sin que se resienta nuestra salud democrática y sin contribuir a empoderar al alérgeno? No lo sé. Si lo supiera no opinaría aquí sino en Hora 25.
