Madrid

“Ofertón de viernes: ¡Regalo un piano! ¡así de claro! ¡sólo tenéis que llevároslo!”. Con este tuit sorprendía a sus seguidores Jimmy Barnatán a primera hora de esta mañana. El músico, actor y escritor, en un alarde de generosidad, ponía a disposición de quien lo quisiera uno de sus instrumentos más preciados. En pocas horas, muchos han sido los que han mostrado interés en la oferta. “Ostras, en mi casa quedaría de lujo y podría retomar las clases que dejé hace 25 años...”, respondía un usuario.

La principal razón de tan generoso ofrecimiento, según Barnatán, es que es “un tío muy generoso”. “Un viernes, que empieza la feria del libro... Si soy generoso un lunes, imagínate hoy”, ironiza el músico. “He decidido que es hora de darle una nueva casa a este piano que tantas alegrías me ha dado”, añade. No se trata, además, de un piano cualquiera, sino de un Montano de maderas nobles fabricado a principios del siglo XX.

Sin embargo, según cuenta Jimmy, a pesar del primer aluvión de interesados en el piano, muchos han terminado pensándoselo mejor. “Pesa un quintal, y hay que bajarlo por cinco pisos de escaleras sinuosas, porque no cabe en el ascensor. Alguno queda todavía, que está pensando a quién va a engañar, a emborrachar o a drogar para esta complicada empresa”, explica.

Un instrumento ajado

A pesar de ser un gran instrumento, cuenta ya con heridas de guerra, y no cumple las exigencias de Barnatán. “El piano ya está un poco que me va a costar más el ajo que el pollo”, explica, “suena bien, pero para componer, y para tocar con gente yo necesito una afinación perfecta. No es darle una muerte digna, pero sí una jubilación, un cambio de aires. Porque el piano tiene vicios, como yo mismo”.

Jimmy Barnatán, que desde muy temprana edad se dedicó a las artes escénicas, participó en varias producciones teatrales y proyectos televisivos, alcanzando una gran popularidad gracias al personaje de Chucky en ‘Los Serrano’. Sin embargo, pronto diversificó la actuación con la música. Su banda, Jimmy Barnartán & The Coocooners, cuenta con seis discos de estudio.

Una pasión, la música, y en especial, la música en directo, que lleva a su bar, el Bar Natán. “Es un bar itinerante”, cuenta, “como yo mismo". "Ahora mismo está en Madrid, en la Sala Clamores, dos miércoles al mes”. Van mis amigos, tenemos charlas tranquilas, música en directo... Siempre quise tener un bar y, aunque sea medio de mentira, como la vida misma, lo he conseguido a los 40 años”.