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Cannes 2022 | Albert Serra: "La suerte sonríe a los audaces. No he tocado una cámara en mi vida"

El director catalán es uno de los favoritos de la crítica para ganar la Palma de Oro en el Festival de Cannes con 'Pacifiction', un thriller político hipnótico

Albert Serra presenta 'Pacifiction' en Cannes (Photo by Stephane Cardinale - Corbis/Corbis via Getty Images) / STEPHANE CARDINALE

Cannes

Albert Serra viene a Cannes todos los años, tenga o no tenga película que promocionar. Le gusta ver las películas que pasan por un festival que se puede apuntar el tanto de haber descubierto a uno de los directores españoles más originales e inclasificables. Un defensor del cine de autor, del cine como espacio para dejarse llevar y experimentar. Un cine radical que saca adelante con el apoyo de productoras francesas. Es el caso de Pacifiction, película con la que ha competido en Sección Oficial por primera vez. Un filme magnético y bizarro, rodado en francés en la isla de Tahití, que contrapone el paraíso soñado y la corrupción real.

Ganador del premio especial del jurado Un certain regard en 2019 con Liberté, Serra -también conocido como el más francófono de los cineastas españoles y el más iconoclasta- propone al espectador un viaje alucinado al mundo interior del protagonista, el alto comisionado de Francia en Polinesia, que interpreta Benoit Magimel.

Faltan pocas horas para el palmarés, la película ha tenido el consenso de la crítica, ¿qué pasa si ganas la Palma de Oro?

No he pensado en eso, es que no he tenido tiempo. Estábamos tan cansados que con llegar a tiempo era suficiente. Estar en la sección oficial ya es suficiente. No tenemos tiempo para pensar en premios.

Hablas de la ficción, de la importancia de la ficción, eso en un momento en el que la mayoría de autores miran a su infancia o a sus problemas, ¿es una manera de poner la ficción en el centro?

Tiene más bien que ver con una palabra que utilizaban mucho los surrealistas y que se llama fantasía. Precisamente esta cosa de hablar de uno mismo que tiene mucha gente joven también, no solo la gente mayor, que hablan de su infancia y lo que les pasa. Y tú dices, no te ocurre nada, no has leído nada, no te interesas por nadie más que por ti mismo o lo que te pasó. Es una tendencia un poco irritante, como si fuera interesante. El 90 por ciento de lo que me pasa a mí no tiene ningún interés y estoy seguro de que es más importante de lo que les pasa a ellos.

Y frente a eso está la ficción pura...

La ficción se inventó, precisamente, para liberar y dar rienda suelta a una serie de pulsiones y que no están en otras formas de comunicación. El arte permite una manera de entenderse distinta. En Liberté lo expuse mucho, la idea del mal que está en la ficción. Aquí es la idea de que todos los mundos están, una farsa que se convierte en una cosa seria, que es política, pero al mismo tiempo es cínica, pero parece tierna, y a la vez no. Esta idea de que todo realmente es posible, la multiplicidad de tonos, capas, que enriquece la imagen que hoy en día solo el cine puede permitirse tener.

Hay algo que conecta esta película con La muerte de Luis XIV que es el retrato de un momento histórico de Francia. En esta hablas de la grandeur francesa a punto de acabar, ahora que Marine Le Pen apela precisamente a ese espíritu colonial y nacionalista

Es un punto de partida. Es interesante. Es aplicable a todos los contextos coloniales y sociales de cualquier país. Están estas tensiones entre el poder, cada vez más alejado de la gente normal, lo que llamamos el pueblo, y en el medio, quién debería hacer esta conexión, cada vez hay menos gente. Hay una separación total que se traduce en que las diferencias entre ricos y pobres son más grandes, una constatación que no deja de aumentar en los últimos 50 años. El pasado colonial allí todavía es más exagerado, está todavía la idea de esclavos y los que tenían el dinero. Al mismo tiempo, también la ficción puede destruirlo con su fuerza. Por ejemplo, en la discoteca cuando todos los cuerpos bailan. Todo puede ser trastocado, todos los puntos de vista morales pueden cambiarse con la ficción, todas nuestras ideas físicas y prejuicios.

Hay en Pacifiction una ola como la de Lo Imposible, ¿cómo fue rodar esa escena?

Son casualidades. La suerte sonríe a los audaces. Yo no preparo nada en los rodajes, estoy abierto a cualquier forma de caos y desorganización. Lo cambio todo, cada hora a primera hora decido qué vamos a hacer y lo cambio todo. Tenemos un sistema tan elástico que podemos adaptarnos a todo. Sigo la inspiración de los actores y en este caso seguía también la del decorado. El decorado decía que venía una ola, que se puede detectar con diez días de antelación. Pasó así, para eso estoy abierto e inventé mi sistema.

¿La parte visual de la película puede recordar a Gauguin?

Pues igual por la saturación de los colores, pero no se me hubiera ocurrido, no era mi intención. No sé, siempre son componentes técnicos de los que soy apasionado, a pesar de que no he tocado una cámara en mi vida. Rodamos en una de las cámaras más pequeñas y baratas del mercado, todo un proceso particular para conseguir una cosa que tiene su pequeña originalidad y particularidad.

Entrevista | Albert Serra por 'Pacifiction' en Cannes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada...