Michel Franco: "Me halaga que me insulten, es la prueba de que hace falta el cine"

Madrid

Dice Michel Franco que, desde la diversidad, todas sus películas guardan una relación. “Para mí es inevitable que las películas estén conectadas porque todas tratan sobre mis intereses, mis obsesiones… Todas plantean las mismas preguntas que nunca van a ser respondidas, pero me permiten hacer cine. Creo que hay muchas similitudes en mis películas y a su vez, Nuevo orden y Sundown no se parecen en nada. Creo que el resultado es muy diferente”.

En Sundown, el nuevo trabajo del director mexicano, están presentes muchos de los temas que le preocupan y denuncia en sus películas. De un lado el privilegio de clase y la desigualdad. En este caso, cómo los resorts de lujo en las playas de México, esas burbujas en las que se meten los ricos, también son en cierto sentido una forma de violencia. “La búsqueda de la clase privilegiada por mantener el statu quo y porque las cosas no cambien para seguir gozando de sus privilegios sin importar que sea a costa de la gran mayoría de la gente, va a acabar un día explotando como una bomba que es lo que mostré en Nuevo orden y en Sundown lo revisito. Sin duda Tim Roth y Charlotte Gainsbourg, son millonarios que disfrutan de la burbuja de placeres en un Acapulco que está explotando de violencia. Son extranjeros en el sentido amplio de la palabra y por hacer nada sucede todo”, explica.

Y de otro lado, la propia violencia y su normalización por parte de la población. “El turismo actual en Acapulco es local, es doméstico y cuando hay balaceras en la playa, que no es tan extraño que suceda, apartan el cadáver como se ve en la película en un inserto cuando están comiendo tacos. Dejan al cadáver ahí flotando, acordonan un poco la zona y siguen tomando el sol como si no hubiera pasado nada. No porque mataron un tipo a mi lado voy a echar a perder mi día de playa”, añade.

La historia de Sundown nació de una crisis personal, la crisis de los 40, y de un incidente con la policía en Acapulco, lugar que había visitado desde pequeño y al que hacia tiempo que no volvía. “Tenía una novia extranjera con quien tomé el coche y fuimos a Acapulco. Desgraciadamente tuvimos un incidente con policías federales, nos intimidaron y nos quisieron extorsionar. Al final esto no trascendió, pero nos amenazaron con armas largas y demás. Como mexicano estás acostumbrado a ello y puedes lidiar con la situación y el estrés. Crees que es normal pero claro que no lo es, para ella fue tremendo. Un año después ya no estábamos juntos y de algún modo eso empujó el arranque creativo”, cuenta sobre el germen de la cinta.

En ese entorno tan colorido de contrastes enmarca esta película que protagonizan Tim Roth, gran amigo con el que ya había trabajado, y Charlotte Gainsbourg. Ambos forman parte de una familia que pasa unos plácidos días de vacaciones hasta que les avisan de la muerte de un ser querido. La familia tiene que volver, pero el personaje de Tim Roth empieza a desarrollar un comportamiento enigmático para escapar de esa situación. Es mejor no desvelar más de la trama de este drama de suspense, que juega con la intriga y con las motivaciones ocultas de los personajes. Sundown es un viaje por la búsqueda de la libertad, por el derecho a abandonarlo todo y por las consecuencias que esto tiene ¿Es posible ser absolutamente libre en un mundo hiperconectado y lleno de ataduras familiares y sociales?

“Se trata de la búsqueda de la libertad o, desgraciadamente, la comprobación de que nadie es libre, de que no existe tal cosa. Porque al intentar decidir, el personaje de Tim logra justo lo contrario. Nadie es libre. No somos libres”, analiza sobre el conflicto mollar de la película. Michel Franco usa el móvil como elemento de control social y muestra los efectos de intentar desaparecer y cortar los vínculos. El director toma la mirada del turista, la del extranjero, como Albert Camus, en un relato existencialista y con un giro a mitad de la película que pone a prueba las ideas que se había ido haciendo el espectador. Un recurso tan inteligente como tramposo.

En Sundown hay un sol que quema, que abrasa a esos turistas y a una familia adinerada que ve como, desde el paraíso, su universo se desmorona. Todo en una historia circular que también se interroga sobre la muerte. “La muerte siempre está desde que soy niño. El día que entendí las implicaciones que la muerte tiene y lo inevitable cambió algo en mí. Yo creo que es el motor que me lleva a hacer cine porque es la inconformidad de no querer aceptar eso y por eso es un tema recurrente en mis películas”.

Defensor del cine en pantalla grande y capaz de atraer a estrellas de Hollywood sin someterse a los códigos de la industria americana, el mexicano rechaza dar el salto a una industria que cree socava la libertad de los artistas. “¿Por qué de pronto voy a buscar cadenas que me aten e imposibiliten para ejercer el trabajo como quiero? Espero no tener jamás que rodar ahí y los actores americanos también están hartos, casi todas las estrellas añoran filmar de otra manera y por eso responden a este tipo de proyectos. La gente cree que estas estrellas necesitan siempre el glamur y todo más grande, pero se les olvida que son actores y extrañan el teatro y crear algo con libertad", afirma con rotundidad.

Michel Franco es un autor polémico en su país, sus películas siempre escuecen y ha recibido numerosas críticas la forma de abordar muchos de los problemas de los mexicanos. Para él, eso también es un motor para seguir creando, el cine como herramienta para generar debates. “La gente cuando se enoja y discute por semanas, y se vuelve trending topic, y me insultan, a mí me encanta, es la prueba de que hace falta el cine. Si lo ignoraran, me preocuparía, que divida tanto y sea centro de debate, me halaga mucho”, concluye.