Un toque de fábula a nuestra democracia

Madrid

La semana pasada, la actualidad política española me recordaba a los cuentos que me contaba mi madre cuando era pequeño y esto me ha hecho mucha ilusión. Me refiero a la reforma de la Ley de Secretos Oficiales. Porque a mí esto de que existan misterios clasificados me parece que le da un toque de fábula a nuestra democracia que le viene muy bien. Una imagen tan mágica como imaginarse un archivo lleno de secretos oficiales debe ser, seguramente, uno de los últimos puntos en común que nos quedan entre los libros de El barco de vapor que leíamos cuando éramos pequeños, y los periódicos que leemos ahora que somos mayores.

El otro punto en común entre la vida adulta y aquellos cuentos sería, tal vez, pensar que todavía hoy existen los Reyes... pero yo hablaba recuperar la ilusión, así que, descartados los Reyes, solo nos queda proteger nuestros secretos oficiales. Por eso, ojalá que nuestros políticos se pongan de acuerdo para que, con esta reforma, nunca salgan a la luz. Porque mientras no los conozcamos, podemos seguir soñando con que nuestros secretos oficiales son lo que nos dé la gana imaginar.

A mí, por ejemplo, me gusta pensar que hubo contactos entre alienígenas y Manuel Fraga, que Elvis sigue vivo y tiene una mercería en Mijas o que Thibaut Courtois no es humano. Thibaut Courtois es un experimento genético de Florentino Pérez que mezcla el ADN de un felino, de un lagarto y de Luis Miguel Arconada.

Aunque, bueno, lo de que Courtois no es humano... eso ya no es un secreto desde el sábado.