En la mente de un asesino en serie: "Progresa su maldad, aprende a matar y cada vez lo hace mejor"
Hora 25 entra en la mente de un asesino en serie para entender cómo funciona y cómo persigue la policía estos casos
En la mente de un asesino en serie: "Progresa su maldad, aprende a matar y cada vez lo hace mejor"
Madrid
Manuel Delgado Villegas, 'El Arropiero'; Alfredo Galán, 'El asesino de la Baraja'; Joan Vila, 'el celador de Olot'; Francisca Ballesteros, 'La envenenadora de Melilla'. Juan Carlos Aguilar, 'el falso Maestro Shaolín'. Cada una de estas personas tenía un motivo distinto, o muchos, para cometer las atrocidades que hicieron. Uno quería sentir el control absoluto sobre la vida de otras personas. Otro deseaba ejercer su dominio sobre las mujeres para paliar sus propias inseguridades. Y otro directamente mataba por cualquier razón. A todos ellos algo dentro de su mente les dijo que la única forma de saciar sus deseos era matando a otras personas. Así se convirtieron en asesinos en serie. ¿Qué es ese algo? ¿Qué empuja a una persona a decidir quitarle la vida a otras de manera continuada? ¿Cómo funciona la mente de un asesino en serie?
En lo que va de siglo XXI, en España ha habido más asesinos en serie que en todo el siglo pasado, según el psiquiatra forense Luis Borrás. La buena noticia: sigue sin haber muchos casos y la mayoría, prácticamente todos, se terminan esclareciendo. A ello ayuda, sobre todo, el perfeccionamiento de las técnicas que utilizan los cuerpos policiales para perseguir estos crímenes.
"El asesino en serie no se plantea serlo, sabe que tiene una necesidad, de control, sexual, económica, de desatar su ira y su venganza y en un momento dado lo hace matando", explica la criminóloga de la Universitat Oberta de Catalunya, Laura Arantegui. "Lo que les da placer es lo que consiguen matando, matar es un medio".
"Genera una fantasía que quiere llevar a la realidad", dice el capitán José Miguel Hidalgo, que forma parte de la sección de investigación de la UCO, la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, el órgano encargado de la persecución de los crímenes más complejos.
La tríada oscura
Borrás, autor del libro 'Asesinos en serie españoles', explica que son tres los móviles más frecuentes: la psicopatía, las parafilias y la psicosis. "El más peligroso es el psicópata porque no tiene tratamiento, no se puede hacer nada con él, es frío y calculador". La criminóloga Arantegui sube un peldaño más cuando habla de la "triada oscura", el combo perfecto que lo agrava todo: cuando se juntan el maquiavelismo, la psicopatía y el narcisismo.
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Una pata fundamental de toda investigación policial para dar con este tipo de asesinos es la perfilación criminal, una técnica que los agentes utilizan para llegar a descubrir quién está detrás de todo. "El asesino disfruta, le produce emociones positivas, acabar con la vida de alguien, no se arrepiente, pero no le satisface del todo y necesita repetirlo", explica el comandante Andrés Sotoca, del Equipo de Análisis del Comportamiento Delictivo de la Guardia Civil. "Las evidencias de la escena del crimen tienen un significado criminalístico, pero su distribución, cómo está la víctima, el tipo de arma empleada, las lesiones que tiene, el lugar del crimen, a partir de ahí se pueden inferir comportamientos del autor y a partir de ahí vamos reconstruyendo qué hizo y por qué lo hizo".
Esos perfiles son la base sobre la que se apoyan investigadores como el capitán Hidalgo. "Los perfiles criminalísticos nos ayudan muchísimo porque orientamos la investigación hacia un tipo de autor que pueda tener unas características que nos van a decir dónde buscar", dice el agente.
No puede parar
Según avanza el caso, el asesino va viviendo una evolución en su forma de actuar. Sentirse perseguido, ver sus crímenes en los medios de comunicación, aumenta su ego, su soberbia, y le hace cambiar su modus operandi, aunque siempre, dicen los agentes, se repite un patrón. Nunca cambia del todo.
"Normalmente, hay una progresión de la maldad, pero a medida que pasa el tiempo evoluciona hacia una mayor gravedad e intensidad de sus crímenes. Evoluciona y lo hace cada vez mejor, aprende a matar", explica el psiquiatra Borrás. Y no puede dejar de hacerlo. "Es compulsivo, hasta que no se le detiene difícilmente va a parar", concluye el comandante Sotoca.