Íñigo Martínez, sobre su renuncia a la pasada Eurocopa: "Tenía que ser honesto conmigo mismo y con mis compañeros"
El jugador del Athletic Club e internacional con la selección española habla sobre la parcela psicológica de los deportistas
El defensor vasco Íñigo Martínez, actualmente en el Athletic Club e internacional con la Selección de Luis Enrique, ha respondido a las preguntas de 'El País' sobre los problemas que sufrió el pasado verano que le hicieron renunciar a la convocatoria para la Eurocopa. El futbolista de 31 años fue convocado por el seleccionador pero finalmente decidió rechazar la llamada de La Roja. "Tenía que ser honesto conmigo mismo y con mis compañeros", ha revelado. Una decisión que, según ha asegurado, le ha servido para fortalecerse anímicamente y llegar mejor a esta temporada donde sigue contando para el combinado nacional.
"Llega un momento en el que uno ya se nota, incluso entrenado, que no está del todo contento. Por mi forma de ser soy el primero en llegar, me gusta hacer bromas y me lo paso bien. Y llega un punto, cuando quedan tres o cuatro jornadas de Liga, que sentía que no estaba al ciento por cien metido en mi trabajo. Me tocó jugar esos últimos partidos y la decisión fue complicada de tomar, pero creo que me hacía falta. Tenía que ser honesto conmigo mismo y con mis compañeros", ha explicado. Un comunicado que el propio Íñigo ha confirmado que le costó exteriorizar. "Me cuesta soltar y expresarme con esos temas en casa, de hecho, me costó comentarlo allí. Es mi forma de ser, de ver las cosas, igual avisándolo con más antelación hubiera podido solucionarlo antes, o igual no, quién sabe, pero como soy así... Siempre me lo guardo y me cuesta sacarlo. Así lo hice y después tomé la decisión que tomé y fue la correcta. De hecho, este año se ha visto a un Íñigo mejor y más despejado mentalmente", ha continuado. Una vez contado, el jugador se quitó "un buen peso de encima".
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El defensa del Athletic fue titular el pasado domingo en el empate contra la República Checa donde participó con un gol. "Hubo muchas facetas que pudimos resolver mejor, sobre todo a nivel defensivo. Cuando uno sabe que podía haber dado más y hacer las cosas mejor, no sale satisfecho —ha explicado— Me refiero a que hubo situaciones en las que en vez de ir a tirar el fuera de juego podíamos haber replegado. En la línea de atrás podíamos haber estado un poco mejor de lo que estuvimos". Una forma de jugar, la de la Selección, que obliga a la defensa a estar siempre en tensión: "Ellos se metían todos en el área porque nosotros nos volcamos en su campo y se vio que a la mínima que robaban la pelota sabían perfectamente dónde y cómo haceros daño. No es fácil estar a 60 metros de tu portería y tener que correr para atrás, pero sabemos que nuestro fuerte es tener el balón. Nos costó generarles ocasiones, pero también es verdad que tuvimos algunas en las que la pelota no quiso entrar (...) Hoy es complicado ganarle a una selección, pero muchas veces lo ponemos nosotros mismos más complicado de lo que es. Contra los checos hubo unas cuantas situaciones en las que echándonos para atrás, en vez de tirar el fuera de juego, lo hubiésemos solucionado bastante mejor. El estilo nuestro es el de siempre y el que seguirá estando. Es cierto que dejamos muchos espacios a la espalda, pero también está nuestro portero para salvarnos de esas situaciones. Creo que si el equipo está bien, es muy complicado generarnos ocasiones".
Una presión sobre el rival que cambia según el entrenador, de Luis Enrique a Marcelino. "Cambia un poco, es verdad que Marcelino nos exigía que nos pusiéramos todos a sacar el balón, pero hay situaciones en las que no arriesgas tanto. Aquí hay mucho nivel, todos queremos jugarla, nuestro estilo es el de jugar desde tras y eso no lo vamos a cambiar", ha señalado Martínez. En cambio, en la Selección le piden "a toda la línea defensiva para que se creen espacios y podamos filtrar balones para girarnos y atacar al rival".