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La coalición de izquierda de Mélenchon amenaza la mayoría de Macron en el Parlamento francés

Si el candidato de la izquierda se hace con la mayoría, podría convertirse en primer ministro de Francia | Los sondeos vaticinan una alta abstención ante una población "insatisfecha y apática"

Jean-Luc Melenchon en la campaña para las elecciones francesas / CHRISTOPHE PETIT TESSON (EFE)

Madrid

Casi 49 millones de personas están llamadas a votar este domingo en Francia en el marco de las elecciones legislativas, cuya segunda vuelta se celebrará el 19 de junio y que podría traducirse en un duro varapalo para el presidente, Emmanuel Macron, si no logra renovar su mayoría absoluta en el Parlamento.

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La cita electoral se produce tan solo dos meses después de las elecciones presidenciales que permitirán a Macron permanecer otros cinco años en El Elíseo tras ganar a Marine Le Pen, que logró elevar a la ultraderecha por encima del 40 por ciento de los votos.

Ahora, las izquierdas aglutinadas por Mélenchon en una sola candidatura bajo el nombre de Nueva Unión Popular Ecologista y Social (conocida como Nupes) aspiran a convertirse en el principal grupo opositor y arrebatar la mayoría a Macron en la Asamblea Nacional, algo que podría convertir al líder de Francia Insumisa en primer ministro, lo que generaría una convivencia entre presidente y jefe de Gobierno de distinto signo político.

En este caso, Macron y sus aliados de centro necesitarían unir fuerzas para sacar adelante sus proyectos y regulaciones, ya sea mediante la formación de una coalición de gobierno o recabando los votos necesarios en cada ocasión.

Este escenario requiere un mayor compromiso de las partes para sacar adelante la agenda de gobierno, y formar una coalición podría implicar dejar algunas carteras en manos de partidos rivales en aras de la cooperación.

Con las leyes actuales sobre la mesa, el Elíseo y la Asamblea Nacional se renuevan prácticamente a la vez, con apenas unas semanas de diferencia, por lo que la tendencia política apenas debería cambiar. Sin embargo, en esta ocasión los partidos opositores intentan hacer un frente anti Macron, tanto a la izquierda como a la derecha del espectro político del presidente.

Mélenchon, que ha logrado unir a la izquierda por tan solo sexta vez en un siglo, trabaja así para sacar adelante un frente anti Macron, una estrategia también seguida por Le Pen, que tiene la vista puesta no sólo en la ultraderecha sino también en los "patriotas" de grupos moderados como Los Republicanos.

Campaña electoral

A la virulenta batalla entre los candidatos de la mayoría presidencial y la Nupes se suman las críticas desde el seno del actual Gobierno. El exministro de Sanidad y ahora encargado de las relaciones con el Parlamento, Oliver Véran, ha criticado el programa de Francia Insumisa y ha recordado que el país ha atravesado una fuerte crisis, "con los chalecos amarillos", además de una pandemia y una guerra en Ucrania.

"No añadamos a esto una crisis institucional que haría el país ingobernable", declaró poco antes del fin de campaña. "Creo y espero que tengamos la mayoría porque una cohabitación con una fuerza política extrema no es una cohabitación con un partido de gobierno", dijo antes de insistir en que Mélenchon no representa el centro-izquierda.

El propio Mélenchon ha suscitado la polémica esta semana después de haber acusado a la Policía de "matar" y haber llamado "grupo faccioso" a un sindicato policial por su defensa de los agentes que mataron a tiros a una mujer dentro de su vehículo después de que esta se diera a la fuga.

Esto ha llevado a figuras como Élisabeth Borne, primera ministra, a expresar que se trata de declaraciones "indignantes" e "impactantes" y a acusar a Mélenchon de "carecer de principios republicanos".

Christophe Castaner, portavoz de La República en Marcha (LREM) en el Parlamento, ha acusado a la izquierda de "querer prohibirlo todo", según informaciones del diario 'Liberation', y ha señalado que el programa presenta matices "soviéticos". "Nos ofrecen una visión de la sociedad en la que o todo está prohibido o todo está permitido".

Macron, en respuesta a los ataques recibidos desde la coalición, ha prometido dar más voz a la población, especialmente en las provincias y ha alertado de que el país se enfrenta a un escenario parecido al que siguió la Segunda Guerra Mundial, un momento "histórico" que podría llevar a un "cambio profundo".