Un dato de inflación preocupante
El INE confirma que los precios subieron un 8,7% en mayo, mientras que la inflación subyacente –la que no tiene en cuenta ni la energía ni los alimentos, considerada más estable- se eleva hasta el 4,9%. Analizamos los efectos que esto puede tener y por dónde puede pasar el futuro del IPC con Javier Díaz-Giménez, Profesor de Economía en el IESE.
Un dato de inflación preocupante
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Madrid
El Instituto Nacional de Estadística ha confirmado hoy el dato adelantado de IPC de mayo: pese a que, después de que la inflación tocara techo en marzo el Gobierno aprobó un decreto de medidas para contener el alza de los precios, esas medidas de momento solo han enfriado la inflación en abril, porque en mayo el IPC sube cuatro décimas hasta el 8,7%. Una cifra que no solo es preocupante en general, si no también cuando se mira el detalle de los productos que más han subido.
Aunque ahora que la electricidad da un ligero respiro en términos de IPC, son los alimentos y los carburantes los que impulsan los precios. La gasolina se ha encarecido un 8% en solo un mes y cuesta un 23% más que hace un año; por el litro de gasóleo hay que pagar un 34% que, en mayo del año pasado, según los datos del INE. Además, junto a los carburantes, sigue subiendo el precio de muchos alimentos. La pasta, los huevos o las harinas se han encarecido un 25% en un año, los aceites un 44%. Y en general, el conjunto de los alimentos cuesta un 11% más. Así, impulsada por carburantes y alimentos, la inflación general ha subido 4 décimas en mayo, hasta el 8,7%, que es el segundo dato más alto de los últimos 35 años. Y además la inflación subyacente -que excluye productos frescos y energía- ha seguido subiendo y roza ya el 5%, su récord desde 1995. Para hacernos una idea de la magnitud de la subida bastan tres datos. De los 199 tipos de productos que computa el INE: 80 (el 40%) se ha encarecido más de un 6%; 153 (el 78%) sube más de un 2% y solo 8 bajan.
Sin embargo, pese a estas cifras, desde el Ejecutivo mantienen que, a partir de la segunda mitad de año los precios comenzarán a relajarse. Una aseveración que Javier Díaz-Giménez, Profesor de Economía en el IESE, condiciona a que termine la guerra en Ucrania. "A mi me parece que desgraciadamente no, eso ocurrirá si y solo si, el escenario se vuelve virtuoso, la inflación se termina pronto y en condiciones razonables, con los que se distensionan los mercados de la energía, las exportaciones de cereales y de otros productos de Ucrania vuelven por donde solían y esto es muy difícil que pase en las próximas semanas que permitiría una caída sustancial de la inflación en la segunda parte del año" explica Díaz-Giménez en Hora 25 de los Negocios.