Los colombianos hablaron en las urnas y decidieron que el ansia de cambio expresada en las calles la lidere Gustavo Petro, elegido este domingo en segunda vuelta como próximo presidente de la república, un resultado histórico porque conduce a la izquierda por primera vez al poder en el país. Con la líder social afrocolombiana Francia Márquez como compañera de fórmula, el senador Petro, de 62 años, exguerrillero del desmovilizado Movimiento 19 de Abril (M-19) y exalcalde de Bogotá, gobernará a partir del próximo 7 de agosto para el periodo constitucional 2022-2026, como sucesor de Iván Duque. El veredicto de las urnas fue claro este domingo y con la totalidad de las mesas de votación contabilizadas, Petro, candidato de la coalición de izquierdas Pacto Histórico, obtuvo en el balotaje 11.281.013 votos (el 50,44%), una ventaja de 700.601 sobre su rival, el populista independiente Rodolfo Hernández, que recibió 10.580.412 sufragios (el 47,31%). «Aquí lo que viene es un cambio de verdad, un cambio real, en ello comprometemos la existencia, la vida misma; no vamos a traicionar a ese electorado que lo que le ha gritado al país, lo que le ha gritado precisamente a la historia es que a partir de hoy, Colombia cambia, Colombia es otra», manifestó Petro en su primer discurso como presidente electo, ante una multitud reunida en el Movistar Arena de Bogotá. Según Petro, el cambio que encarna la coalición Pacto histórico, que lo llevó a la Presidencia, está basado en la «política del amor», con «esperanza» y «futuro» y ese cambio «significa abrir las oportunidades para todos y todas las colombianas». «No es un cambio para vengarnos, no es un cambio para construir más odios, no es un cambio para profundizar el sectarismo en la sociedad colombiana», aclaró Petro, quien habló de reconciliación nacional de un país desgarrado desde hace más de medio siglo por su conflicto armado interno y las luchas por el poder. En ese sentido abogó por los jóvenes detenidos y procesados por participar en las protestas sociales que sacudieron al país en los últimos años, en especial durante el paro nacional que tuvo lugar entre abril y junio de 2021. «Le solicito al fiscal general de la nación que libere a nuestra juventud. Liberen a los jóvenes», exclamó en medio de la ovación constante de una multitud exultante envuelta en una lluvia de confeti. Igualmente expuso su compromiso con la paz al señalar: «No tendría sentido un gobierno de la vida, si no llevamos a la sociedad colombiana a la paz» que el país busca desde hace décadas y cuyo mayor avance fue el acuerdo firmado en noviembre de 2016 con la guerrilla de las FARC, ahora convertida en el partido político Comunes. «Este gobierno que se va a iniciar el 7 de agosto es un gobierno de la vida, es el Gobierno que quiere construir a Colombia como una potencia mundial de la vida», dijo Petro y fijó tres pilares en los que se asentará su administración. «Primero en la paz, segundo en la justicia social, y tercero en la justicia ambiental», expresó. Con ese propósito, el presidente electo planteó un «gran acuerdo nacional» del que dijo que ya forman parte los más de once millones de colombianos que le dieron su voto de confianza este domingo y al que quiere sumar a los 50 millones de compatriotas, incluido su rival, Rodolfo Hernández, y los 10,5 millones de ciudadanos que votaron por él. Petro se refirió además al miedo que su discurso genera en la mitad del electorado colombiano que hoy no lo apoyó en las urnas, y aseguró que ni va «a expropiar los bienes de los colombianos» ni a «a destruir la propiedad privada». «De manera franca les diría los siguiente: vamos a desarrollar el capitalismo en Colombia, no porque lo adoremos, sino porque tenemos que superar la premodernidad en Colombia, el feudalismo», expresó. También dedicó unos minutos a su propuesta de lucha contra el cambio climático provocado por «las dinámicas de acumulación que un mercado desaforado, que unos deseos de codicia desaforadas, que un proceso de consumo desaforado» causan y «están a punto de acabar con las bases mismas de la existencia». En ese punto propuso «un diálogo en las Américas sin exclusiones de ningún pueblo, de ninguna nación», pues considera que ha llegado «el momento de sentarnos con el Gobierno de Estados Unidos» para hablar de transición energética ya que ese es el país que emite más gases contaminantes. Pese a que durante la campaña Petro atizó el fantasma del fraude en estas elecciones, la rapidez y transparencia con la que la Registraduría Nacional, entidad que organiza los comicios, divulgó los resultados, disiparon cualquier duda en ese sentido. El resultado final, en el que Petro obtuvo una ventaja de 3,13 puntos porcentuales sobre Hernández, fue más holgado que el empate técnico que vaticinaban las encuestas y su rival de hoy reconoció rápidamente la derrota. «Sinceramente espero que esta decisión que han tomado sea beneficiosa para todos y que Colombia se encamine hacia el cambio que predominó en el voto la primera vuelta. Le deseo al doctor Gustavo Petro que sepa dirigir al país, que sea firme en su discurso contra la corrupción y que no defraude a quienes confiaron en él», expresó Hernández en un breve mensaje retransmitido por Facebook. El resultado muestra sin embargo un país dividido por la mitad al que Petro tendrá que conquistar para unir, como ha expresado que es su deseo a partir del próximo 7 de agosto cuando sea investido como sucesor del presidente Iván Duque, con el cual se cerrará un ciclo de más de 200 años de gobiernos de derechas.