Colombia y la ola progresista latinoamericana
La llegada al poder del izquierdista Gustavo Petro en Colombia confirma la tendencia hacia el progresismo en América Latina
Los detractores de la Cumbre de la OTAN
54:15
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1656095547035/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Gustavo Petro se convertirá el 7 de agosto en el primer presidente izquierdista de Colombia en dos siglos. Tras su victoria electoral, hizo una llamada a aparcar los odios, los sectarismos, evitar la venganza y ejercer una política del entendimiento. Un discurso pedagógico de la paz y la vida, según el analista Alfredo Serrano que, con el contexto violento de los últimos años en Colombia, “tiene mucho contenido en lo cotidiano”.
Serrano, director del Centro Estratégico Latinoamericano CELAG, valora positivamente la capacidad de Petro de “dotar de marco teórico a la paz e ir trasladándolo a lo económico, las cuestiones productivas, al horizonte que se viene incluso a los acuerdos nacionales con el mayor entendimiento posible, donde todas las partes estén presentes”. Una victoria de lo que no terminó de dirimirse en el plebiscito por la paz.
Petro, exguerrillero y antiguo alcalde de Bogotá, es un economista “bien formado” e “introvertido”, según Serrano. El analista destaca su dimensión del ambientalismo que, dice, le diferencia del resto de progresismo latinoamericano, ya que abandera la descarbonización y la salida del extractivismo como modelo de medio-largo plazo en Colombia. Y también en el feminismo, que “ha planteado con mucha claridad”.
Entre sus anuncios más recientes están la reapertura de la frontera con Venezuela para que se cumplan los derechos humanos y la suspensión de todas las compras de aviones para instituciones públicas.
Con un país tradicionalmente conservador, el margen de actuación de Petro es limitado. Colombia arrastra una gran crisis económica e institucional con elevados niveles de pobreza y deuda social. “Cuando la gente lo pasa mal, no esperan dos o tres años a que se resuelvan los problemas estructurales, quieren que lo cotidiano esté resuelto, y eso va a ser un gran desafío para Gustavo Petro”, explica Serrano. Sin embargo, cuenta con una sociedad que ha cambiado: pide un mayor Estado y está a favor de más derechos sociales, según los análisis de CELAG, lo que “va a jugar a favor” del nuevo Gobierno.
Su vicepresidenta Francia Márquez, es la primera mujer afroamericana que va a ocupar ese cargo en Colombia. Una mujer que viene de abajo y que representa “mucha autenticidad” y “genera emoción”, apunta Serrano. Hay muchas expectativas puestas en ella y su defensa del feminismo “desde una posición auténtica colombiana, latinoamericana”, dice el analista.
Tendencia progresista en la región
Alfredo Serrano cree que “el neoliberalismo en América Latina tiene una gran crisis de respuesta y de expectativas”, agotado por su falta de respuestas concretas y con poca resistencia en el poder a diferencia de los proyectos progresistas.
Serrano pone como ejemplo los cuatro años en el poder de Mauricio Macri en Argentina y el Gobierno de facto golpista de Jeanine Áñez en Bolivia. En el caso de Ecuador, solo en el poder desde mayo de 2021, Guillermo Lasso está ya en graves dificultades de gobernabilidad.
El analista encuentra explicación a esta situación en que “hay una suerte de disociación del conservadurismo, la derecha latinoamericana, de lo que piensa la gente, de lo cotidiano”, porque están sumidos en una burbuja que los desconecta de la gente. Ahora bien, Serrano piensa que América Latina todavía “está en disputa” y no se atreve a aventurar que se esté produciendo un fin de ciclo de la hegemonía neoliberal, sino que habla de “una ola progresista que está en un momento álgido”.