Opinión

Comenzamos esta polémica felicitando a todos los Juanes y Juanas y a quienes, tras una época de restricciones y prohibiciones, han celebrado merecidamente la noche de san Juan. Pero esta mañana hemos despertado con las imágenes que nuestros compañeros de Málaga han captado de madrugada en sus playas, un primer plano desolador de una panorámica desoladora: los servicios de limpieza de la ciudad han echado cuentas y prevén recoger veinte toneladas de basura. ¡Veinte toneladas! Y solo en Málaga.

Y como los malagueños no son extraterrestres ni más incívicos que el resto de nacionales, imaginamos que el espectáculo se habrá dado en otros lugares. Y conviene que reflexionemos un poquito sobre el asunto. Porque 20000 kilos de mierda no pueden ser la suma de pequeños descuidos, 20000 kilos de mierda son la prueba de una actitud colectiva de individuos que creen que el espacio público es cosa de otros, o que consideran que como contribuyentes tienen derecho a que los servicios públicos limpien su desparrame, que para eso pagan. Ciudadanos, por cierto, que amanecerán tras la resaca recordando a sus hijos que los límites de la buena educación exigen no tirar las cosas al suelo ni mear fuera del tiesto.