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Vetusta Morla cierra su gira a lo grande con el concierto más multitudinario y especial de su historia

El grupo madrileño brilló en el Wanda Metropolitano presentando su disco más folk 'Cable a tierra' con un problema de sonido que la banda solventó con naturalidad y con alegato contra la precariedad en el sector

MADRID, 24/06/2022.- El cantante Juan Pedro Martín "Pucho", de la banda madrileña Vetusta Morla, durante el concierto que ofrecen hoy viernes en el Wanda Metropolitano, en Madrid. EFE/Kiko Huesca / Kiko Huesca (EFE)

Después de los Rolling Stones, el siguiente grupo en llenar el Wanda Metropolitano, ha sido Vetusta Morla. La banda de Tres Cantos ha ido superando aforos desde sus inicios. La Riviera, el Wizink, la Caja Mágica y, finalmente, el estadio del Atleti, reservado a las bandas internacionales de gran pegada. Y los músicos no han defraudado a las más de 45.000 personas allí congregadas. Han dado a su público lo que siempre prometían, un concierto especial, diferente, con un mensaje en estos tiempos postpandemia y perfecto, a pesar de un pequeño apagón en el inicio. Sonaron los himnos de toda su discografía, pero sonaron de manera distinta, como si la pandemia hubiera hecho repesarlo todo. Si estos dos años nos han cambiado a todos, también han influido en Vetusta Morla, así lo indican las canciones de este nuevo disco, Cable a tierra, que ha supuesto un cambio significativo, sin perder su esencia: la música y la gente por encima de todo.

Cable a Tierra es un disco que suena a tradiciones y a folclore y toda la gira ha estado impregnada de ese sentir. Todos los elementos que rodeaban al concierto, el decorado, las luces con los colores de la portada del disco y el vestuario artesanal de Otrura, tenían un sentido y un significado: su apuesta política por una defensa de la identidad y de las raíces perdidas. Hasta se bromeó con el nombre original del estadio: "Nunca nos olvidemos que esto fue llamado La Peineta", bromeaba Pucho.

Antes de llegar ahí, el concierto empezó con una emocionante Puñalada trapera, con los músicos como enjaulados por las pantallas del escenario. Para La virgen de la humanidad las pantallas se levantaron y dieron paso a fogonazos de luz. No seré yo, que empezó con unos versos recitados -una constante en todo el concierto y la gira- y acabó con Pucho dándolo todo. Llegoe entonces el momento de repasar algunos temas de sus trabajos anteriores, como El hombre del saco donde el sonido se apagó unos minutos, mientras la banda seguía tocando sin darse cuenta de que nadie podía oir. Los aplausos de los fans y la energía del cantante hicieron que eso quedara en una pequeñísima anécdota y se nos olvidara a todos con Golpe maestro. "Cualquier cosa que pase hoy, solo os pido, que no os impida disfrutar de esta noche", se dirigía el cantante a los asistentes.

Sin duda la pandemia ha marcado este disco y así lo han reflejado en su música, sus letras y también en sus palabras sobre el escenario. "Hemos estado un par de años con tiempos muy inestables, oscuros e introspectivos. El panorama en el futuro no es muy halagador, pero esta noche queremos un pensamiento global, conjunto y que nos demos cuenta y seamos conscientes de la puta suerte que tenemos de estar todas y todos aquí hoy", decía Pucho rodeado del resto. En el escenario ya no son seis, ahora son doce. A los seis vetustos (Pucho, David García, Jorge González, Álvaro B. Baglietto, Alejandro Notario y Juan Manuel Latorre y Guille Galván) se suman cuatro miembros del grupo palentino El Naán y las dos gallegas de Aliboria.

"Cable a tierra es un disco que nos ha llevado a ver muchas cosas. Fue compuesto en periodos de recogimiento, en la pandemia, un temporal de nieve que asoló Madrid hace un tiempo y ese espíritu nos hizo darnos cuenta de lo cercano que teníamos. No solo nuestras familias, sino los que estaban enfrente de los balcones, esos comercios al lado de casa y en las desescaladas encontramos a unos compañeros y compañeras que decidimos traer en nuestros viajes". Y así presentaba a estos músicos que, sentados alrededor de una mesa de madera, con las palmas, emulaban la labor de las mujeres panaderas para acabar cantando Finisterre.

Hasta Maldita dulzura, una de las canciones más tarareadas de su discografía, parecía distinta esta noche. Las pantallas en blanco y negro, una voz femenina acompañando a Pucho y con nuevos instrumentos como una caja de pimentón, pandereras o panderos. Lo mismo que Copenhague, que volvió a sonar de manera impecable, o Boca en la tierra. 23 de junio brilló de nuevo, justo el día de San Juan, precedida por un canto en gallego con baile incluido "sin distancias".

La tarara a capella dio paso a otro de los títulos grandes del último disco, Al final de la escapada, seguida de La Diana con homenaje previo al crítico de cine Antonio Gasset, que apareció en las pantallas gigantes para advertir a los presentes cómo detectar a los imbéciles. Fue la antesala para una canción que habla de las portadas de periódicos y telediarios. Luego encadenaron Lo que te hace grande, Palmeras en la mancha, con gráficos emulando las viñetas de un cómic y un guiño a la bofetada de Will Smith y su "gancho a Chris Rock". Consejo de sabios acabó en rap con el argentino Wos. Te lo digo a tí, donde volvieron a llenar el escenario de pantallas y de rojo, Sálvese quién pueda, con las gargantas gritando el "puede ser que sin vosotras duela mucho más", Valiente -con los doce músicos en el escenario- o Saharabbey Road.

"Muchas gracias por haber venido. Es un gustazo ver el estadio lleno, no sabéis lo que significa esto". Pucho decía sobre el escenario la situación de la música en España y pedía un aplauso para todos los técnicos. "Un sector abrasado después de todo esto. Tenemos ahora mismo encima tres años de giras suspendidas saliendo a la vez y hay una falta de material técnico y humano increible". Iba un poco más allá pidiendo leyes y más recursos para la música y sus trabajadores. "A parte del deporte también, los estadios se usan para la música. Rompo una lanza para que ayuden a que no desaparezcan las salas". Y tras el speech político, que pocos grupos se atreven soltar sobre un escenario, sonaron en los bises Si te quiebras, Cuarteles de invierno y Los días raros, un broche de locura para una noche que tuvo de todo, momentos de épica, emoción, política y conexión interior.

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 
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