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El ruido de las ciudades supone una agresión para nuestro cuerpo

El sonido del tráfico es el que más impacta en nuestra salud y en una ciudad como Madrid el 75% del ruido viene de los coches.

El ruido de las ciudades supone una agresión para nuestro cuerpo

Madrid

El ruido del claxon de un coche, una obra en la calle, tu vecino tocando la flauta dulce... todas estas situaciones protagonizadas por el ruido afectan a nuestro cuerpo significativamente. El ruido se relaciona con los partos prematuros, el bajo peso al nacer, la neumonía infantil, el suicidio, la depresión, la muerte por afecciones cardiovasculares, los brotes en enfermos de párkinson o de esclerosis múltiple. Para nuestro organismo el ruido es una amenaza que, aunque no sea un peligro real, nos hace aumentar la frecuencia cardíaca, segregar más adrenalina, más glucosa, más cortisol y nos debilita el sistema inmunitario. Por ejemplo, el ruido puede hacer que una enfermedad respiratoria empeore.

Julio Díaz, codirector de la Unidad de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano del Instituto de Salud Carlos III, explica que el cuerpo recibe el ruido como una agresión y una reacción de estrés. El ruido se entiende como todo aquel sonido que tiene un efecto fisiológico no deseado y el sonido del tráfico a pocas personas les resulta agradable. De hecho, el ruido del tráfico es el que más impacta en nuestra salud teniendo en cuenta que en una ciudad como Madrid el 75% del ruido viene de los coches. Esto, además, impacta directamente en el aumento de los ingresos hospitalarios. En la Comunidad de Madrid el 4% de los ingresos en centros de salud está relacionado con el ruido del tráfico.

Los efectos de la contaminación acústica ya son una realidad tangible, pero las medidas públicas para poder paliar las consecuencias de estar expuestos constantemente a ruido no parece que estén cerca de materializarse. Como el ruido es un elemento que no percibimos a simple vista, parece que no sea un elemento que pueda afectarnos directamente y que, por lo tanto, no interese tanto legislar. Julio Díaz asegura que llevan más de 20 años estudiando los impactos del ruido en la salud sin haber recibido nunca financiación pública.