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Sociedad | Actualidad

Antonio Scurati: "Mussolini era la supremacía táctica de la nada"

Aimar Bretos entrevista al escritor italiano

Antonio Scurati

Madrid

Los dictadores no se llevan a la tumba sus ideas. Benito Mussolini es un ejemplo de ello porque aunque lo ejecutaron y su cuerpo fue colgado boca abajo en una plaza de Milán en 1945, sus ideas y su herencia política atraviesa el siglo XXI. Una de las personas que mejor conoce a Benito Mussolini, es el escritor italiano Antonio Scurati. Ha tenido el arrojo de sentarse a escribir una tetralogía sobre el dictador, contando el auge y la caída de Mussolini intercalando la novela, con documentos originales.

Scurati, en Hora 25

"Yo he rechazado el cliché y los estereotipos que dibujaban a Mussolini como un histriónico, un bufón, una figura ridícula o una simple encarnación del mal absoluto. No es ninguna de las dos cosas. Mussolini ha sido un político de un extraordinario talento e inteligencia política. Tuvo la intuición de ver en qué se estaba convirtiendo la política de masas y no reconocerle, esto es no entender nada de toda esta historia"

"Mussolini no tenía ninguna idea suya, ninguna convicción propia, ninguna estrategia, no guardaba lealtad a nada. Estaba dispuesto a traicionar a todos y a todo, empezando por sí mismo. Él practicaba, con una capacidad extraordinaria, la supremacía táctica de la nada. Esto lo llevó en tres años al poder partiendo de la nada. Y eso es una desgracia para un país. Significa que solo hay táctica, astucia, sólo oportunismo... No tienes un horizonte estratégico, nunca un objetivo a largo plazo, no tienes nada que te empuje hacia arriba. Estás dispuesto a usar cualquier medio, incluso la violencia, para alcanzar el objetivo táctico del poder. Y ese fue Mussolini. Un táctico formidable que condenó al país a no tener ninguna estrategia, ningún futuro"

"Mussolini se dio cuenta de que falló en su intento de formar una nueva clase dirigente, que encerró Italia en un ambiente sofocante de sumisión al poder, se dio cuenta de que había vaciado al país de su energía creativa. Se adentró en una soledad absoluta. Abandonó a las mujeres, a las pocas que amó y las pocas que lo amaron. Se adentra en una soledad absoluta, que es la soledad del poder. Es el hombre que, en el fondo, se da cuenta de que no hay forma de estupidez, ingenuidad y brutalidad más absoluta de la que quien ha dedicado toda su vida a conquistar el poder y a someter a los demás en la ilusión de tener un dominio de la realidad y del mundo que no tendrá jamás"

"Antes de Mussolini, las personas votaban a líderes a los que no le ponían ni cara. Pero él se da cuenta, el primero, que a medida que se va al dominio de las masas, el cuerpo se vuelve central en la comunicación política y en el actuar en la política, porque todos tienen un cuerpo. La comunicación que él establece con su electorado es una comunicación previa a la reflexión, es una comunicación no intelectual, es casi física, pasa a través de las vibraciones del cuerpo. Habla primero a las tripas, al intestino, al corazón, a los músculos. Y después, al intelecto. No todos tienen un doctorado en política, pero todos tienen un cuerpo"

Marisol Rojas

Trabaja en la Cadena Ser desde 2007. Empezó madrugando...